En medio del aumento de las tensiones entre Moscú y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a raíz de una serie de incidentes aéreos recientes, el embajador ruso en Bruselas Denis Gonchar anunció que las vías de comunicación de emergencia entre Rusia y la alianza siguen abiertas y se utilizan de manera periódica.
En declaraciones transmitidas por la agencia rusa "Novosti", Gonchar confirmó que hay un intercambio regular de mensajes entre los ejércitos ruso y de la OTAN, explicando que estos mensajes suelen ser breves y se centran en incidentes específicos, como violaciones del espacio aéreo o incidentes militares de emergencia.
El embajador ruso instó a la OTAN a abandonar el "enfoque hostil", considerando que esto es necesario para que las relaciones entre ambas partes vuelvan a la normalidad, subrayando que la continuación de las tensiones no sirve a la seguridad europea.
* Ignorar los intereses de Rusia
También criticó Gonchar la reciente escalada por parte de la alianza, especialmente en el flanco oriental, y acusó a Bruselas de ignorar los intereses legítimos de Moscú, diciendo:
"La OTAN sigue avivando la situación al enviar armas a Kiev, considerar el despliegue de tropas dentro de Ucrania y ofrecer garantías de seguridad solo a Kiev, lo que confirma que los intereses de Rusia son completamente ignorados".
* Violaciones aéreas recurrentes
Estas declaraciones se producen tras el anuncio del Ministerio de Relaciones Exteriores estonio de que el Consejo de Seguridad de la ONU celebrará una reunión de emergencia hoy lunes, a solicitud de Talin, tras la violación del espacio aéreo estonio por tres aviones rusos.
La semana pasada se produjo un incidente sin precedentes desde la fundación de la OTAN en 1949, cuando 19 drones rusos cruzaron el espacio aéreo polaco.
Cazas polacos y holandeses de tipo F_16 y F_35 lograron derribar tres de ellos.
Además, otro dron ruso violó el espacio aéreo rumano días después, lo que provocó una nueva ola de condenas europeas.
* Contexto tenso y abierto a la escalada
Estos incidentes son un indicador grave del agravamiento de la crisis entre Rusia y la OTAN, en medio de la continuación de la guerra en Ucrania y el aumento de las preocupaciones europeas sobre el deslizamiento de la situación hacia un enfrentamiento más amplio, en un momento en que Moscú busca mantener un mínimo de comunicación militar para evitar un choque directo.