Las Naciones Unidas advierten sobre una catástrofe humanitaria en Al-Fasher en medio del aumento de bombardeos y el continuo asedio

La ciudad de Al-Fasher, capital del estado de Darfur del Norte, está experimentando un aumento alarmante en la violencia, ya que ha estado bajo un intenso y violento bombardeo desde las primeras horas de la mañana, en medio de advertencias de la ONU sobre la posibilidad de "atrocidades a gran escala" debido al asedio que las Fuerzas de Apoyo Rápido imponen sobre la ciudad.
Fuentes locales informaron a través del sitio "Al-Arabiya" que el bombardeo, atribuido a las Fuerzas de Apoyo Rápido, se centró en el uso de artillería pesada desde el flanco oriental de la ciudad, apuntando a los barrios de Abu Shouk, el aeropuerto y Grado Uno, que son áreas bajo control del ejército sudanés. Las fuentes añadieron que los ataques "alcanzaron mercados, casas y centros de refugio de manera aleatoria."
La lucha no se limitó al terreno, ya que los drones entraron en la línea de confrontación. Un dron de las Fuerzas de Apoyo Rápido sobrevoló la ciudad y llevó a cabo ataques en sitios militares, mientras que el ejército respondió con bombardeos aéreos a través de sus drones de ataque que, según un comunicado de la sexta división de infantería en Al-Fasher el jueves por la noche, resultaron en "neutralizar a varias fuerzas terrestres atacantes" y destruir vehículos de combate, así como matar a elementos de las fuerzas atacantes que intentaron infiltrarse en la ciudad.
En medio de esta escalada, los civiles están pagando el precio más alto. Los residentes locales confirmaron que "enfrentan el peligro de ser asesinados a diario debido al bombardeo aleatorio", señalando que tres personas murieron el miércoles y seis más hace dos días.
La tragedia humanitaria se agrava con el deterioro de las condiciones de vida, ya que los residentes se quejan de una grave escasez de alimentos, "donde los precios de la harina y el arroz han superado los 100 dólares por kilo", además de la falta de suministros y materiales médicos en la ciudad, lo que pone la vida de miles en peligro.
En respuesta a este rápido deterioro, las Naciones Unidas han instado a tomar medidas urgentes para prevenir "atrocidades y ataques a gran escala basados en la etnicidad" en la ciudad de Al-Fasher, sitiada.
Al-Fasher es la última capital en la región de Darfur que aún está bajo el control del ejército sudanés, y representa el frente principal en la guerra que ha estado ocurriendo desde marzo de 2023 entre el ejército sudanés liderado por el general Abdel Fattah al-Burhan y las Fuerzas de Apoyo Rápido lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, que han estado asediando la ciudad desde mayo de 2024.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, declaró: "Las atrocidades pueden evitarse si todas las partes toman medidas concretas para respetar el derecho internacional y exigir el respeto por la vida de los civiles y sus propiedades, y prevenir la continuación de la comisión de crímenes atroces."
La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reveló que "al menos 91 civiles murieron entre el 19 y el 29 de septiembre debido a bombardeos de artillería, ataques de drones y ataques terrestres llevados a cabo por las Fuerzas de Apoyo Rápido."
Turk advirtió que las consecuencias podrían ser catastróficas, señalando que "después de más de 500 días de asedio continuo y combate incesante, Al-Fasher está al borde de una catástrofe mayor si no se toman medidas urgentes para levantar el cerco armado sobre la ciudad y proteger a los civiles."