Un ligero aumento en la inflación de la zona euro apoya las expectativas de estabilidad en las tasas de interés

La inflación de la zona euro registró un ligero aumento durante el mes pasado, alcanzando el 2.2% en septiembre en comparación con el 2.0% en agosto, en un movimiento impulsado principalmente por el aumento de los precios de los servicios y una disminución menos pronunciada en los costos de energía. Esta lectura fue coherente con las expectativas de los analistas económicos, según los datos de la oficina de estadísticas europea "Eurostat" publicados el miércoles.
Como indicador de la persistencia de las presiones inflacionarias, la tasa de inflación subyacente _que excluye los precios de alimentos y energía muy volátiles_ se mantuvo en el 2.3% a pesar del aumento de los precios de los servicios.
Esta trayectoria inflacionaria refuerza las expectativas de que el Banco Central Europeo mantendrá las tasas de interés sin cambios en su próxima reunión, ya que una fuente dentro del banco dijo: "Los datos confirman que estamos en el camino correcto con la política de espera y vigilancia actual".
La presidenta Christine Lagarde confirmó esta tendencia el martes, señalando que "los riesgos de inflación están bajo control en ambas direcciones". Añadió en sus declaraciones: "Con las tasas de interés ahora en el 2%, estamos en una buena posición para actuar si los riesgos cambian o surgen nuevos choques que amenacen nuestro objetivo".
A pesar de que el banco ha pasado los últimos cuatro años enfrentando una inflación excesiva, la preocupación ahora se dirige hacia las posibilidades de una inflación excesivamente baja. El banco espera que la tasa disminuya al 1.7% el próximo año, lo que genera temores de que se consolide un crecimiento de precios bajo, como ocurrió en la década anterior a la pandemia.
La economía europea enfrenta presiones adicionales reflejadas en datos de debilidad en el sector industrial, la inversión y el consumo de los hogares, además de los obstáculos derivados de los aranceles estadounidenses.
Mientras algunos responsables de la toma de decisiones ven en los datos de septiembre un argumento en contra de cualquier recorte adicional de tasas, parece que la facción más dura del banco _que actualmente tiene la mayoría_ es más optimista sobre la capacidad de la economía para resistir. Este enfoque se basa en indicadores de recuperación del sector industrial y la fortaleza del mercado laboral, con expectativas de apoyo al crecimiento a través de un aumento en el gasto en defensa.
En este contexto, parece que el Banco Central Europeo continuará con la política de espera, manteniendo las tasas de interés en sus niveles actuales después de haberlas reducido en dos puntos porcentuales completos durante la primera mitad del año, a la espera de una mayor claridad sobre la trayectoria de la economía y los riesgos de inflación.