El Senado estadounidense continuó su fracaso en aprobar un proyecto de ley de financiación del gobierno, lo que llevó a la continuación del cierre gubernamental parcial que entró en su cuarto día, y se espera que dure al menos hasta la próxima semana.
La propuesta republicana conocida como "resolución limpia" tenía como objetivo extender la financiación a los niveles actuales hasta finales de noviembre, mientras que el proyecto de los demócratas incluía disposiciones adicionales, destacando la financiación de la atención médica, pero ninguno de los dos proyectos obtuvo los votos suficientes para ser aprobados.
La Casa Blanca advirtió que el cierre está causando pérdidas financieras estimadas en 15 mil millones de dólares por semana, con el continuo fracaso desde el inicio del cierre hasta ahora, lo que hace que la continuación de la crisis hasta el próximo lunes sea casi segura, según un informe de CNBC.
En medio de este estancamiento, los líderes de ambos partidos intercambiaron acusaciones: el líder de la mayoría republicana en el Senado, John Thune, acusó a los demócratas de ceder a las presiones de la ala izquierda y de organizaciones activistas que obstaculizan la agenda del presidente Trump, mientras que el líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, culpó a Trump de la crisis, señalando que el presidente "se está escondiendo de la responsabilidad como si estuviera en un programa de protección de testigos".
El cierre implica la suspensión del trabajo de aproximadamente 750,000 empleados federales, además del cierre temporal de un gran número de oficinas y programas gubernamentales.
Mientras tanto, la administración Trump, que busca reducir el tamaño del gobierno, advirtió sobre la posibilidad de despidos masivos de empleados federales, algo que no ha ocurrido en cierres anteriores.
En un paso controvertido, Trump consideró que los demócratas le están dando una oportunidad única para imponer nuevos recortes en las "agencias de los demócratas", ya que su administración congeló 18 mil millones de dólares destinados al Departamento de Transporte en proyectos de infraestructura masivos en Nueva York, además de cancelar proyectos del Departamento de Energía por un valor de 8 mil millones de dólares en 16 estados que ganó la candidata demócrata Kamala Harris en las elecciones de 2024.
Además, el viernes, el Departamento de Transporte congeló 2.1 mil millones de dólares adicionales para desarrollar la red de transporte en Chicago.
Parece que la crisis política y económica continúa, con expectativas de que afecte negativamente a miles de empleados federales y a proyectos de infraestructura vital en la mayor economía del mundo.