En un incidente descrito por los funcionarios venezolanos como "invasión ilegal", Venezuela acusó a Estados Unidos de enviar cinco aviones de combate que volaron cerca de sus costas en el mar Caribe.
Este incidente coincidió con el aumento de la tensión entre los dos países, ya que Washington envió buques de guerra y aviones de combate a la región en el marco de operaciones que dijo que tienen como objetivo combatir el narcotráfico.
En un comunicado conjunto de los ministerios de Defensa y Relaciones Exteriores venezolanos, se acusó a Estados Unidos de "provocación" y de amenazar la seguridad de la aviación civil. El comunicado señaló que los aviones estadounidenses fueron detectados a 75 kilómetros de las costas venezolanas, pero sin aclarar si habían violado el espacio aéreo venezolano.
Por su parte, el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, afirmó que los aviones estadounidenses se acercaron de manera injustificada a las costas venezolanas, asegurando que el sistema de defensa aérea venezolano detectó los cazas sin proporcionar detalles adicionales.
Estados Unidos, por su parte, confirmó que envió aviones "F-35" a Puerto Rico, que le pertenece, como parte de una operación destinada a combatir el tráfico de drogas, acusando a Washington al presidente venezolano Nicolás Maduro y su gobierno de traficar drogas hacia Estados Unidos.
También anunció recientemente la destrucción de varias embarcaciones que dijo que estaban siguiendo a "terroristas" involucrados en el narcotráfico.
Anteriormente, Washington confirmó que destruyó tres embarcaciones en la región, lo que resultó en la muerte de 17 personas.
En respuesta a estos movimientos estadounidenses, Venezuela llevó a cabo maniobras militares y movilizó sus fuerzas de reserva frente a lo que consideró una amenaza militar.
Caracas también declaró su rotundo rechazo a estas acusaciones, manifestando su disposición a responder a cualquier amenaza por parte de Estados Unidos.
En otras declaraciones, el presidente estadounidense Donald Trump en un memorando oficial al Congreso afirmó que Estados Unidos "está en un conflicto armado no internacional" con las pandillas de narcotraficantes.
Aclaró que estos grupos se han vuelto "más armados y organizados", causando la muerte de decenas de miles de estadounidenses cada año debido a las drogas.
Trump solicitó el apoyo del Congreso para las recientes operaciones militares llevadas a cabo por sus fuerzas en el mar Caribe, considerando que estas operaciones se realizaron en defensa de los intereses de Estados Unidos y para protegerla del narcotráfico.
En medio de esta escalada, la situación en el mar Caribe sigue siendo un nuevo punto de tensión entre los dos países, donde Venezuela y Estados Unidos se intercambian acusaciones de provocación y violación.