Las filtraciones de "Carros de Gedeón" revelan la crisis interna de Israel

Esta admisión oficial, aunque tardía, representa un indicio de la fractura de la narrativa oficial israelí y revela una profunda brecha entre los niveles militar y político en la gestión de la guerra. La filtración deliberada del documento sugiere una batalla oculta dentro de la institución de seguridad israelí, donde el jefe de Estado Mayor, Eyal Zamir, intenta presionar al primer ministro Benjamin Netanyahu para evitar el desgaste de más tropas en una batalla que sus líderes militares consideran inútil.
El documento filtrado señala problemas fundamentales en la gestión de la operación, como la falta de un marco temporal definido para los objetivos militares y la absoluta prioridad de la seguridad de los soldados a expensas del avance en el terreno, así como el fracaso en la planificación para gestionar el tema de la ayuda humanitaria y la inadecuación de los métodos de combate al estilo de resistencia de Hamás. Estas brechas explican por qué una de las mayores operaciones militares israelíes fracasó en alcanzar sus objetivos, a pesar de la abrumadora superioridad militar.
Lo más interesante del documento es su reconocimiento de que el verdadero objetivo de la segunda fase de la operación era "disuadir a Hamás para llegar a un alto el fuego", y no la derrota militar como se había declarado. Esta revelación coloca la responsabilidad en el nivel político que presentó objetivos poco realistas, mientras que el ejército era consciente de los límites de sus capacidades.
En un intento de desviar la atención del fracaso en Gaza, Israel ha intensificado sus operaciones militares en el exterior, apuntando a figuras civiles en Yemen, Siria y Líbano. Estos ataques, a pesar de su precisión técnica, no ocultan el hecho de que el ejército israelí no ha podido lograr el control total sobre Gaza después de dos años de combate.
La disputa entre Zamir y Netanyahu ha ido más allá de las diferencias tácticas hacia un enfrentamiento directo, donde el jefe de Estado Mayor se opuso al inicio de la segunda fase de "Carros de Gedeón" y la disputa llegó al punto de amenazar con renunciar. Estas divisiones reflejan una crisis de confianza en el liderazgo político, que es acusado de prolongar la guerra por razones políticas internas.
Es evidente que Israel enfrenta un dilema existencial: continuar en una guerra de desgaste inútil o buscar una salida política que podría parecer un reconocimiento de derrota. La segunda opción parece la más difícil en medio de la división política interna y la creciente presión internacional.
El documento "Carros de Gedeón" revela que la guerra en Gaza ya no es solo un enfrentamiento militar, sino una batalla interna sobre la identidad de Israel y su futuro, donde diferentes visiones luchan por una salida de la crisis que amenaza con erosionar la legitimidad interna e internacional del estado hebreo.