Siria e Israel: negociaciones en medio de la escalada... Mensajes de poder y opciones de paz

Los recientes bombardeos israelíes, que han alcanzado sitios militares e incluso los alrededores del palacio presidencial en Damasco, no son solo operaciones militares aisladas. Son mensajes dobles: para las partes negociadoras de que Israel tiene la mano superior, y para el interior israelí de que el gobierno de Netanyahu aún es capaz de "disuadir" a pesar de las crisis políticas y la corrupción que lo rodea.
La paradoja es que esta escalada ocurre al mismo tiempo que los informes hablan de un acuerdo inminente mediado por Estados Unidos y los países del Golfo. Mientras el ministro de Relaciones Exteriores sirio, Asad al-Shibani, se reúne con funcionarios israelíes en París, los aviones de combate israelíes acaban de terminar un nuevo bombardeo en las afueras de Damasco. Esta ecuación no indica un verdadero deseo de paz, sino una estrategia que implica "negociar desde una posición de fuerza".
El presidente sirio, Ahmad al-Shara, intentó calmar los temores diciendo que las negociaciones se centran en revitalizar el acuerdo de separación de fuerzas de 1974, negando cualquier conversación sobre normalización. Pero Israel, a través de su continua agresión, parece estar imponiendo condiciones más allá de eso: una sumisión total y no un acuerdo equilibrado.
La crisis interna israelí juega un papel crucial en esta escalada. Benjamin Netanyahu, que enfrenta sesiones de interrogatorio sobre casos de corrupción y críticas por los fracasos del 7 de octubre, está reproduciendo un viejo juego: exportar crisis internas a través de la escalada militar.
Pero el verdadero peligro radica en que esta escalada podría socavar cualquier oportunidad de llegar a un acuerdo. El bombardeo israelí del edificio del Estado Mayor en Damasco llevó a Siria a fortalecer sus alianzas con Turquía, donde firmó un acuerdo de cooperación militar. Esto significa que la presión israelí podría empujar a Damasco hacia alianzas alternativas en lugar de hacer concesiones.
Parece que Israel está tratando a Siria desde la lógica de "la preocupación existencial" de la que han hablado los mismos centros de investigación israelíes. Pero esta lógica puede ser engañosa, ya que la escalada continua no proporciona seguridad a Israel, sino que empuja a la región hacia más inestabilidad y socava las oportunidades de paz que podrían ser la última esperanza para lograr la estabilidad regional.
El mensaje que Israel envía a través de sus bombardeos es claro: la fuerza es el único lenguaje que entienden. Pero la pregunta que Tel Aviv ignora es: ¿qué harán cuando Damasco y sus aliados se den cuenta de que la respuesta al lenguaje de la fuerza solo puede ser en un lenguaje similar? En ese momento, las negociaciones no girarán en torno a un acuerdo de seguridad, sino a la gestión de un conflicto más complejo y peligroso.