El Emir de Qatar: Israel no es una democracia, sino un enemigo de su entorno y se debe apoyar al pueblo palestino para lograr la paz

El Emir de Qatar, Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani, en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, afirmó que Israel no es una democracia en un entorno hostil como afirman sus líderes, sino que es hostil a su entorno árabe.
El Sheikh Tamim señaló que Israel no se conforma con los acuerdos y treguas basados en desequilibrios de poder, sino que busca imponer su voluntad sobre su entorno árabe, considerando que cualquier oposición es retratada en su propaganda como terrorismo o antisemitismo, lo cual se ha convertido en algo que la opinión pública en los países aliados reconoce y rechaza.
El príncipe explicó que Qatar sufrió el 9 de septiembre un ataque dirigido a una reunión de la delegación negociadora de Hamas, que resultó en la muerte de seis mártires, entre ellos un ciudadano qatarí, y la lesión de 18 más, calificando el acto como terrorismo de estado y una violación flagrante de la soberanía internacional. Afirmó que esta agresión fue contra un país mediador que trabaja para resolver disputas por medios pacíficos, y que fue un intento de atacar a políticos miembros de la delegación de negociación.
El Sheikh Tamim advirtió que la paz en la región no puede lograrse sin una postura internacional firme, basada en poner fin a la ocupación y permitir al pueblo palestino ejercer su derecho a la autodeterminación y establecer su estado independiente.
El príncipe también abordó otros temas en el Medio Oriente, señalando:
Siria: Entrar en una fase de transición que permita lograr estabilidad y desarrollo, instando a la comunidad internacional a apoyar al pueblo sirio para superar esta fase con éxito.
Líbano: Elogio por los recientes pasos positivos para consolidar la estabilidad, reafirmando el apoyo de Qatar al ejército y las instituciones libanesas.
Sudán: Llamado a todas las partes para un diálogo nacional que logre una paz duradera y la unidad del país.
El Sheikh Tamim afirmó que las Naciones Unidas deben recuperar la efectividad del sistema de seguridad colectiva y fortalecer la legitimidad internacional, advirtiendo sobre permitir que las transgresiones de los estados se realicen por la fuerza a expensas del derecho internacional y la justicia.