Crisis prolongada sin horizonte de solución .. Aeropuertos y ejército enfrentando las consecuencias del cierre gubernamental en EE.UU.
October 10, 202567 VistasTiempo de lectura: 4 minutos

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Estados Unidos entra en su segunda semana de cierre gubernamental sin señales de un alivio cercano, lo que ha hecho que los contornos de la crisis se reflejen gradualmente en las instalaciones vitales del país. Con el agravamiento del estancamiento político y el intercambio de acusaciones entre los partidos republicano y demócrata, los efectos de la parálisis administrativa han comenzado a afectar profundamente sectores sensibles que incluyen aeropuertos y las fuerzas armadas, mientras cientos de miles de empleados federales viven en un estado de ansiedad y expectativa
Aeropuertos en peligro
El tráfico aéreo en varios aeropuertos estadounidenses está experimentando una desaceleración notable debido a la gran escasez de controladores aéreos por el cierre continuo. El 6 de octubre, las operaciones de control aéreo en el Aeropuerto Hollywood Burbank en California se detuvieron durante largas horas, lo que provocó retrasos en miles de vuelos y la interrupción del movimiento de pasajeros en otros aeropuertos principales, incluido el Aeropuerto Internacional de Chicago. Los funcionarios temen que la crisis se extienda al Aeropuerto Reagan, cerca del Congreso, que experimentó en enero pasado un incidente de colisión entre un helicóptero militar y un avión civil, atribuido en parte a la falta de personal aéreo. El Secretario de Transporte de EE.UU., Sean Duffy, aseguró que la seguridad de los pasajeros es la prioridad principal, pero advirtió sobre la posibilidad de una reducción en el número de trabajadores a medida que continúe la suspensión de salarios, señalando que su departamento podría verse obligado a reducir el tráfico aéreo para evitar posibles accidentes
El ejército estadounidense en un aprieto financiero
La crisis no se limita al sector del transporte, sino que se ha extendido al Pentágono, que enfrentará el 15 de octubre el riesgo de no poder pagar los salarios de los soldados si el cierre continúa. Esta suspensión afecta a todas las instalaciones militares, amenazando a más de un millón de efectivos dentro y fuera del país.
El presidente estadounidense Donald Trump se comprometió ante un grupo de marineros a trabajar para garantizar el pago de salarios, pero reconoció que las opciones son limitadas. Uno de los escenarios propuestos implica el uso de parte de la financiación previamente asignada al departamento, mientras que algunos demócratas abogan por un proyecto separado para financiar solo al Pentágono, aunque los republicanos rechazan la idea, considerándola como una forma de aliviar la presión política sobre sus oponentes
Batalla política bajo el Capitolio
En medio del aumento de la crisis, ambas partes intercambian acusaciones sobre la responsabilidad del continuo estancamiento gubernamental. Los republicanos, liderados por su líder en el Senado, John Thune, insisten en aprobar el proyecto de financiación integral que fue aprobado por la Cámara de Representantes antes del cierre, mientras que los demócratas exigen una sesión de emergencia para votar solo sobre la financiación de defensa. Estos últimos señalan que el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, no ha convocado al consejo desde el inicio de la crisis, lo que ha agravado el estancamiento y prolongado el cierre
Los empleados federales... el mayor perdedor
Y mientras Washington se ocupa de sus luchas políticas, cientos de miles de empleados federales siguen siendo víctimas directas de la crisis. Algunos trabajan sin salario a la espera de una resolución que podría tardar, mientras que otros enfrentan el riesgo de despido o la pérdida de beneficios gubernamentales. El presidente Trump ha insinuado que no pagará a estos empleados de manera retroactiva como ha sido habitual después de que finaliza el cierre, lo que los expertos legales consideran un exceso que podría llevar la batalla a los tribunales. Entre la obstinación política y la tensión económica, Estados Unidos parece estar a punto de enfrentar una de las etapas más críticas de parálisis administrativa en su historia reciente
Batalla política bajo el Capitolio
En medio del aumento de la crisis, ambas partes intercambian acusaciones sobre la responsabilidad del continuo estancamiento gubernamental. Los republicanos, liderados por su líder en el Senado, John Thune, insisten en aprobar el proyecto de financiación integral que fue aprobado por la Cámara de Representantes antes del cierre, mientras que los demócratas exigen una sesión de emergencia para votar solo sobre la financiación de defensa. Estos últimos señalan que el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, no ha convocado al consejo desde el inicio de la crisis, lo que ha agravado el estancamiento y prolongado el cierre
Los empleados federales... el mayor perdedor
Y mientras Washington se ocupa de sus luchas políticas, cientos de miles de empleados federales siguen siendo víctimas directas de la crisis. Algunos trabajan sin salario a la espera de una resolución que podría tardar, mientras que otros enfrentan el riesgo de despido o la pérdida de beneficios gubernamentales. El presidente Trump ha insinuado que no pagará a estos empleados de manera retroactiva como ha sido habitual después de que finaliza el cierre, lo que los expertos legales consideran un exceso que podría llevar la batalla a los tribunales. Entre la obstinación política y la tensión económica, Estados Unidos parece estar a punto de enfrentar una de las etapas más críticas de parálisis administrativa en su historia reciente