En un movimiento notable que refleja la creciente preocupación internacional por la seguridad de los trabajadores humanitarios en Yemen, el Secretario General de la ONU, António Guterres, anunció nuevas medidas para protegerlos, que incluyen el traslado de algunas oficinas de la ONU a la capital temporal, Adén, y la reducción de la comunicación con las áreas controladas por los hutíes al mínimo, excepto para la ayuda que salva vidas.
Esto ocurrió durante una reunión entre Guterres y el presidente del Consejo de Liderazgo Presidencial de Yemen, Rashad Al-Alimi, al margen de las reuniones de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, según informó la agencia de noticias yemení oficial.
Guterres afirmó que la ONU "está comprometida a trabajar en estrecha colaboración con el Consejo de Liderazgo y el gobierno yemení para apoyar al pueblo yemení y lograr sus aspiraciones de paz y estabilidad", subrayando que la seguridad y la protección de su personal son una de las principales prioridades.
Por su parte, Al-Alimi elogió los esfuerzos de la ONU en Yemen, reiterando el compromiso del gobierno con la opción de paz de acuerdo con las tres referencias: la iniciativa del Golfo, los resultados del diálogo nacional y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU relacionadas.
* Al-Alimi pide más presión sobre los hutíes
Durante la reunión, Al-Alimi instó a la ONU y a la comunidad internacional a ejercer una mayor presión sobre la milicia hutí respaldada por Irán, para la liberación inmediata de los empleados de la ONU detenidos y el traslado de las sedes de las agencias de ayuda internacional a Adén como medida preventiva.
Destacó que los ataques de los hutíes a las instalaciones petroleras y a los barcos de carga no solo han llevado a una explosión de la crisis económica, sino que también han contribuido a agravar la catástrofe humanitaria que sufren millones de yemeníes.
* Documentación de violaciones y secuestros masivos
En este contexto, un informe emitido por una red de derechos humanos reveló más de mil casos de secuestro perpetrados por los hutíes contra ciudadanos yemeníes que celebraron el aniversario de la Revolución del 26 de septiembre, en un nuevo indicador del alcance de las violaciones generalizadas de los derechos humanos en las áreas controladas por el grupo.
Al-Alimi enfatizó la necesidad de intensificar la coordinación internacional para presionar a los hutíes para que desocupen las sedes de la ONU, devuelvan los bienes confiscados y liberen a todos los detenidos de manera inmediata e incondicional, incluidos los empleados de la organización internacional, los líderes de la sociedad civil y los diplomáticos.