El gobierno israelí anunció el domingo que el primer ministro Benjamin Netanyahu aceptó la entrada de equipos de la Cruz Roja y un equipo técnico egipcio a la Franja de Gaza, con el objetivo de buscar restos de rehenes que se cree están detrás de "la línea amarilla", que es el límite que define el alcance de la retirada de las fuerzas israelíes de la franja.
Esta decisión llega en medio de esfuerzos humanitarios continuos para determinar el destino de los desaparecidos, en medio de complicaciones en el terreno y de seguridad. A pesar de que Israel aceptó la última tregua, Netanyahu enfatizó en sus declaraciones que su país se reserva el derecho completo de llevar a cabo ataques militares dentro de Gaza o Líbano sin necesidad de coordinación previa con ninguna parte.
El paso israelí representa un desarrollo notable en el tema de los rehenes y abre la puerta a la cooperación técnica y humanitaria con entidades internacionales y regionales, a pesar de la continua tensión militar en la región.