Protestas masivas en Gabes, Túnez, condenan la contaminación industrial y exigen el cierre del complejo químico

La crisis de contaminación ambiental ha vuelto a ocupar el centro de atención en la ciudad de Gabes, Túnez, donde miles de manifestantes salieron a las calles el miércoles, expresando su profundo enojo por el agravamiento de la crisis de salud y medioambiental causada por las emisiones del complejo químico estatal, esto después de una semana de protestas continuas.
Miles de personas se manifestaron en las calles de la ciudad, donde predominó el color negro que llevaban los manifestantes como una expresión silenciosa de su tristeza y enojo. Se elevaron los gritos pidiendo el fin de su sufrimiento, tales como: "el pueblo quiere desmantelar las unidades" y "queremos vivir", además del grito "Gabes clama por ayuda" que refleja la profundidad de la tragedia.
En un aumento de la ira, la marcha se dirigió hacia la zona de Chott Essalem, sede de las instalaciones industriales del grupo químico, donde cientos de policías se desplegaron para asegurar el lugar. Testigos oculares informaron que las fuerzas de seguridad lanzaron gas lacrimógeno para dispersar a las multitudes.
Los manifestantes no dudaron en expresar su determinación, donde uno de ellos, Kheir Eddine Diba, explicó el objetivo de la marcha: "Hoy, nuestra voz será alta y resonante hasta que este crimen se detenga de inmediato".
Las protestas no se limitaron a la ciudad de Gabes, ya que otra multitud se reunió en la capital, Túnez, en un paso para expresar solidaridad con los habitantes de Gabes y exigir al gobierno que tome medidas urgentes y decisivas.
La razón del estallido de la ira popular este mes se debe a la repetición de casos de asfixia que sufrieron decenas de estudiantes en la zona de Chott Essalem, ubicada cerca del complejo químico especializado en la transformación de fosfatos.
Los residentes enfrentan una crisis de salud multifacética, ya que dicen que sufren un aumento en enfermedades respiratorias, osteoporosis y un incremento en los casos de cáncer en la mayoría de las familias, atribuyendo esto a los gases tóxicos emitidos por las unidades de la fábrica.
En respuesta a las soluciones propuestas, los manifestantes rechazaron lo que se describe como soluciones temporales, afirmando que sus demandas no retroceden de "el cierre permanente y el traslado de las unidades" lejos de la zona residencial.
Las organizaciones ambientales también lanzan advertencias sobre una catástrofe ambiental, señalando que la vida marina en el mar de Chott Essalem se ha visto gravemente afectada por el complejo, especialmente con la descarga de toneladas de desechos industriales diariamente en las aguas del mar. Los pescadores locales han informado de una disminución significativa en las poblaciones de peces durante la última década, lo que ha impactado en una fuente de ingresos vital para muchos en la región.