En un paso sorprendente y chocante, el gobierno tunecino emitió ayer, jueves 14 de agosto, un comunicado oficial que ordena la cancelación de la dedicación sindical que se otorgaba a varios líderes de la Unión General del Trabajo, y termina con todas las licencias anteriores relacionadas con esta dedicación, amenazando con recurrir a la justicia para perseguir a quienes infrinjan esta decisión.
Esta decisión tiene como objetivo directo a un grupo de líderes de la Unión General del Trabajo que han disfrutado durante años de una dedicación que les permite dedicarse únicamente al trabajo sindical, mientras el estado continúa pagando sus salarios sin que ejerzan sus funciones originales.
La presidencia del gobierno confirmó en su comunicado dirigido a los ministros y secretarios de estado que la dedicación sindical es "una medida ilegal y un privilegio ilegítimo para un grupo de empleados del estado", señalando que la cancelación de esta dedicación se produjo tras observar la multiplicación de casos de empleados del estado y de las comunidades locales y entidades públicas bajo la responsabilidad de las organizaciones sindicales, mientras continúan recibiendo sus salarios de los presupuestos de los organismos a los que pertenecen, a pesar de ser considerados en situación activa.
El gobierno pidió actualizar y ajustar las listas de empleados afectados por la dedicación sindical a niveles central, regional y local, y los instó a regresar de inmediato a sus puestos de trabajo originales, advirtiendo sobre la adopción de medidas administrativas y legales contra quienes se nieguen a cumplir.
Esta decisión llega en medio de un ambiente tenso, después de que la Unión del Trabajo anunciara la organización de una manifestación y una marcha el próximo jueves, en protesta por el ataque de manifestantes a la sede de la unión y acusaciones de corrupción y destrucción del país a través de huelgas recurrentes y llamados a congelar su actividad.
En un contexto relacionado, Túnez experimentó una huelga general que paralizó el transporte y alteró el movimiento de los viajeros, lo que refleja el creciente estado de tensión entre el gobierno y los sindicatos.