La corriente del océano austral se mueve: un cambio oculto que podría reconfigurar el clima de la Tierra

Investigaciones científicas recientes han revelado que la corriente oceánica austral – la enorme franja de aguas frías que rodea el continente antártico – podría cambiar de ubicación en los próximos siglos, lo que podría provocar transformaciones amplias en el clima de la Tierra y sus sistemas ecológicos.
Esta corriente se extiende como un anillo de agua gigante que fluye de oeste a este sin interrupción, transportando alrededor de 182 millones de metros cúbicos de agua por segundo, lo que la convierte en una de las corrientes más poderosas del planeta.
El motor climático oculto
La corriente austral actúa como un regulador térmico natural, transportando calor y nutrientes entre los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Su fuerza depende de los vientos del suroeste que no son obstaculizados por la tierra, lo que le proporciona una energía constante que mantiene el equilibrio del clima global.
Sin embargo, estudios recientes sugieren que este sistema es menos estable de lo que se pensaba, y que un cambio en su ubicación podría alterar las trayectorias de calor y carbono en los océanos.
Pruebas desde las profundidades del mar de Scotia
En el estudio liderado por un equipo internacional de científicos, se recolectaron muestras de sedimentos de profundidades de 3 a 4 mil metros en el mar de Scotia, al norte del continente antártico.
Los análisis mostraron que la velocidad de la corriente durante el último período cálido hace 130 mil años era tres veces mayor en comparación con el milenio pasado, lo que refleja su sensibilidad a los cambios en la órbita de la Tierra y la inclinación de su eje, que controlan la cantidad de radiación solar que llega al planeta.
Resultados preocupantes para el futuro
Los resultados indican que la región de cambio climático atlántico se ha movido hacia el sur aproximadamente 600 kilómetros durante ese período, acercando las aguas cálidas a las placas de hielo en el continente antártico. Se cree que esto contribuyó a un aumento del nivel del mar de 6 a 9 metros en ese entonces.
Los científicos advierten que el mismo escenario podría repetirse a medida que continúa el calentamiento global actual, lo que podría reconfigurar el clima global de maneras inesperadas.