La vieja continente enfrenta una "crisis crónica de medicamentos"... Producción externa y precios variables amenazan la seguridad sanitaria

En el continente europeo, se intensifica una ola de escasez de medicamentos esenciales, convirtiéndose en una crisis de salud recurrente que amenaza la estabilidad de los sistemas de atención. Bélgica es uno de los países más afectados, donde los farmacéuticos se quejan de la falta de decenas de productos vitales al mismo tiempo, lo que les obliga a pasar horas diarias tratando de asegurar los medicamentos y disculpándose con los pacientes.
El farmacéutico belga Didier Ronsein dice: "No se trata solo de uno o dos medicamentos, sino de decenas que faltan al mismo tiempo, lo que agota nuestra energía y esfuerzos".
Raíces de la crisis: Producción externa y dependencia preocupante
La Corte de Cuentas Europea señala que las raíces de la crisis radican en la creciente dependencia de Europa de los proveedores asiáticos, donde se produce aproximadamente el 70% de los ingredientes activos y el 79% de las materias primas químicas fuera del continente, especialmente en países de bajo costo.
Esta dependencia incluye incluso medicamentos comunes como el paracetamol, el ibuprofeno y los antibióticos, lo que hace que las cadenas de suministro sean vulnerables a las interrupciones globales y a crisis de transporte o fabricación.
Diferencias de precios crean un desbalance en la distribución
La crisis se agrava por las diferencias de precios entre los países miembros de la Unión Europea, ya que cada país negocia de manera independiente con las empresas productoras.
Olivier Deler, director de la empresa de distribución de medicamentos "Vibelco", afirma que las empresas "prefieren suministrar a los países que pagan más", lo que crea escasez en los países con precios más bajos.
Además, las restricciones regulatorias y el envasado diferente entre los países obstaculizan el proceso de distribución dentro del continente, de modo que un medicamento puede estar disponible en un país y completamente ausente en su vecino.
Presión creciente sobre farmacéuticos y centros de salud
Los datos del grupo farmacéutico de la Unión Europea (PGEU) muestran que los farmacéuticos en 2024 pasaron 11 horas semanales tratando problemas de escasez, es decir, tres veces más que hace una década, lo que ha creado una carga profesional y administrativa enorme.
Los pacientes sufren retrasos en la recepción de tratamientos, especialmente aquellos que necesitan medicamentos crónicos o de emergencia, lo que aumenta la tensión y presión dentro de los sistemas de salud.
Respuestas europeas lentas y soluciones postergadas
A pesar de que la Unión Europea es consciente de la gravedad de la situación, las medidas aún están en discusión.
En marzo pasado, la Comisión Europea propuso una ley para fomentar la producción de medicamentos esenciales dentro del continente a través de incentivos financieros, seguida en julio por el lanzamiento de una "estrategia de suministro de medicamentos" para coordinar los inventarios y construir reservas de emergencia.
Sin embargo, estos planes necesitan la aprobación del Parlamento Europeo y de los países miembros, un proceso que puede llevar meses e incluso años antes de que entren en vigor.
Seguridad sanitaria en juego
Los informes coinciden en que la crisis de medicamentos en Europa ya no es circunstancial, sino que se ha convertido en una amenaza estructural para la seguridad sanitaria del continente.
Los expertos creen que la solución radical radica en recuperar parte de la producción industrial dentro de Europa y reducir la dependencia del exterior, además de unificar las políticas de precios y reguladoras entre los países miembros.