"El túnel de Jerusalén": un mensaje estadounidense impactante y una consagración de la legitimidad de la ocupación

La participación del Secretario de Estado estadounidense Marco Rubio en la inauguración del "túnel de Jerusalén" bajo la ciudad antigua junto al Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu, ha suscitado una tormenta de controversia política y legal, revelando un cambio peligroso en la postura estadounidense hacia Jerusalén, y abriendo la puerta a profundas preguntas sobre el secreto del momento y el verdadero significado detrás de esta participación.
El túnel que se extiende desde el barrio de Wadi Hilweh en Silwan hasta los cimientos del Muro de las Lamentaciones no es solo un proyecto de construcción, sino parte de una estrategia israelí continua que busca reconfigurar la identidad de Jerusalén y ejercer un control absoluto sobre el entorno de la mezquita de Al-Aqsa.
El general Mohamed Rashad, exjefe del servicio de inteligencia egipcio, describió esta inauguración como "una violación flagrante del derecho internacional" y un apoyo descarado a las políticas de ocupación, citando las resoluciones del Consejo de Seguridad que afirman que Jerusalén Este es territorio ocupado, encabezadas por la resolución 478 de 1980 que anuló la anexión de Israel a la ciudad.
La paradoja es que la participación del Ministro de Relaciones Exteriores de la mayor potencia del mundo no es solo un gesto diplomático, sino una señal política calculada: un mensaje de apoyo estadounidense a Israel en los temas más sensibles, y un reconocimiento implícito de los proyectos que buscan cambiar el estatus legal e histórico de Jerusalén; aquí radica la esencia del peligro, ya que este paso otorga una cobertura internacional al proyecto de judaización de Al-Aqsa, y le brinda a Netanyahu un impulso político interno para continuar su agenda expansionista.
El análisis de seguridad egipcio indicó claramente que esta participación no es un evento aislado, sino una introducción para otorgar a Netanyahu una legitimidad estadounidense explícita para considerar la anexión de partes de Cisjordania, en consonancia con el sueño de "Gran Israel" promovido por la derecha radical. El apoyo político va más allá de Jerusalén y abarca la reconfiguración de todo el mapa geopolítico.
La presencia de Rubio en la inauguración del túnel representa un cambio cualitativo en las herramientas del conflicto: de la mera protección de Washington a Israel en las instituciones internacionales, a una participación activa en sus proyectos de campo controvertidos. Esto coloca a Estados Unidos en un enfrentamiento directo con el derecho internacional y con la calle árabe e islámica que ve en Al-Aqsa un símbolo doctrinal e histórico que no acepta negociación.