La posición egipcia sobre la fuerza internacional en Gaza: ¿un cambio táctico o una visión estratégica?

Los expertos afirman que este cambio egipcio no es sorprendente, sino el resultado de una evaluación cuidadosa de las variables sobre el terreno. Después de meses de rechazo rotundo a la idea de desplegar cualquier fuerza internacional en Gaza, la posición egipcia comenzó a cambiar a principios de agosto pasado, cuando el Ministro de Relaciones Exteriores egipcio anunció en el cruce de Rafah la apertura de su país a esta idea.
Este cambio táctico -según los expertos- responde a múltiples factores, entre ellos la continua escalada israelí, las amenazas de desplazamiento, las presiones internacionales sobre Egipto, además de las pérdidas económicas que soporta El Cairo como resultado de la continuación de la guerra.
A pesar de este cambio, Egipto ha mantenido los principios de su posición, enfatizando la necesidad de que cualquier fuerza internacional sea desplegada bajo un mandato del Consejo de Seguridad, y que el papel de estas fuerzas se limite a ayudar a la Autoridad Palestina en la construcción del estado independiente.
El enfoque egipcio en el mandato del Consejo de Seguridad proviene de varias consideraciones, siendo las más importantes otorgar legitimidad internacional a las fuerzas, protegerlas de agresiones israelíes, garantizar el consenso internacional, evitar el uso del veto estadounidense, además de proteger a Egipto de un involucramiento militar directo.
Las declaraciones oficiales y los expertos indican que Egipto podría participar en cualquier fuerza internacional potencial, ya sea de manera militar, de seguridad o simbólica. Esta participación podría variar entre el envío de observadores o expertos, o el despliegue de fuerzas para asegurar el cruce de Rafah, o unidades de ingeniería para contribuir a la reconstrucción.
Egipto basa esta posición en su larga experiencia en misiones de mantenimiento de la paz y su reputación internacional como una potencia disciplinada y competente, lo que hace que su participación sea aceptable a nivel internacional y regional.
A pesar de estos pasos, los desafíos siguen siendo grandes. El éxito de cualquier fuerza internacional en Gaza depende de la disponibilidad de garantías internacionales reales, claridad en las tareas y poderes, disponibilidad de financiamiento sostenible, y, sobre todo, una voluntad política genuina para lograr una solución política.
El cambio egipcio hacia la aceptación condicionada del despliegue de una fuerza internacional en Gaza representa un intento de lidiar con la realidad cambiante sobre el terreno, mientras se mantienen los principios nacionales y panárabes. El éxito en esta difícil ecuación dependerá de la capacidad de la diplomacia egipcia para lograr un equilibrio entre las presiones internacionales y los intereses árabes,