En un notable cambio en el escenario internacional, el líder de Corea del Norte Kim Jong Un ha anunciado la disposición de su país para entrar en negociaciones con Estados Unidos, pero bajo una condición clara y específica:
la renuncia de Washington a la demanda de desarme nuclear de Corea.
Esta declaración se produjo durante una reunión de la Asamblea Popular Suprema en Pyongyang el domingo pasado, donde Kim afirmó que su país no ve inconveniente en reanudar el diálogo, siempre que Estados Unidos deje de insistir en lo que él describió como "la demanda unilateral" de desarme nuclear, según informó la agencia de noticias surcoreana "Yonhap" esta mañana del lunes.
* Recuerdos "agradables" con Trump
En un paso notable que podría allanar el camino para reactivar el proceso de negociación, Kim expresó su aprecio por su relación anterior con el presidente estadounidense Donald Trump , diciendo:
"Personalmente, todavía tengo buenos recuerdos con Trump".
Trump había declarado en agosto pasado su deseo de reunirse nuevamente con Kim antes de fin de año, señalando su apertura a continuar las conversaciones con Corea del Sur, en un marco más amplio que incluye relaciones comerciales y temas de seguridad en la península coreana.
* 3 cumbres históricas .. y medio éxito
Las relaciones entre Pyongyang y Washington han visto tres cumbres históricas entre Trump y Kim:
_ La primera reunión se llevó a cabo en Singapur en 2018, y resultó en un acuerdo preliminar para el desarme nuclear.
_ La segunda cumbre en Hanoi en 2019 terminó sin acuerdo, debido a la disputa sobre la flexibilización de las sanciones estadounidenses impuestas a Corea del Norte.
_ La tercera cumbre tuvo lugar en la aldea fronteriza de Panmunjom en junio 2019, y fue más simbólica que negociadora.
A pesar de la paralización de las negociaciones desde entonces, Trump ha afirmado en varias ocasiones que existe una "relación maravillosa" entre él y Kim, elogiando lo que describió como "respeto mutuo" entre ellos.
* ¿Regresará el diálogo entre Corea y Estados Unidos?
Las recientes declaraciones de Kim abren la puerta a grandes interrogantes sobre el futuro del expediente nuclear norcoreano, y el grado de disposición de la administración estadounidense, ya sea bajo el liderazgo de Trump o de sus oponentes, para reconfigurar las condiciones del diálogo con uno de los países más cerrados y armados del mundo.
¿Veremos una cuarta cumbre que reavive la esperanza en la península coreana?
¿O la condición nuclear seguirá siendo un obstáculo insalvable en el camino hacia cualquier avance diplomático?