El concierto del artista egipcio Mohamed Ramadan, que se llevó a cabo la noche de ayer jueves 31 de julio en Porto Marina en la costa norte, presenció un trágico incidente que resultó en la muerte de un joven y en heridas en otras 6 personas después de que fuegos artificiales cayeran sobre la audiencia.
El incidente causó caos y pánico en el lugar del concierto, lo que llevó a Ramadan a cancelar el evento antes de su finalización, instando al público a abandonar el lugar pacíficamente para evitar estampidas.
Según testigos presenciales, el evento comenzó con un ambiente festivo y una gran asistencia de público, pero las cosas se salieron de control cuando se encendieron cohetes de forma aleatoria cerca del escenario.
Esto provocó una explosión repentina que se cree fue causada por un fallo en un tubo de gas relacionado con el equipo de fuegos artificiales.
Varios asistentes y miembros del personal de seguridad del concierto resultaron heridos con quemaduras de diversa gravedad, y un joven falleció debido a la exposición al gas caliente emanado del lugar de la explosión, mientras que dos personas aún están bajo observación médica.
Mohamed Ramadan anunció la cancelación del concierto inmediatamente después de la explosión, solicitando asistencia médica de manera urgente, confirmando la presencia de muertes y heridos entre el público y el personal.
Después del incidente, publicó un mensaje en su página oficial de Facebook, en el que afirmó que lo ocurrido no fue simplemente un fallo técnico, sino un "intento de asesinato bien planificado", mencionando que su oído resultó afectado por una explosión cercana, y explicando que los sonidos de la explosión no se parecían a los de los fuegos artificiales habituales.
Esta declaración generó un amplio debate en las redes sociales, donde algunos consideraron que era una exageración injustificada o un intento de convertir el incidente en un caso criminal, antes de que Ramadan eliminara la publicación posteriormente sin ofrecer explicaciones.
Según fuentes de seguridad, las investigaciones comenzaron de inmediato, interrogando a varios organizadores del concierto y testigos presenciales, y se cerró temporalmente el escenario a la espera de informes de defensa civil y de la empresa organizadora.
Hasta el momento, no se han emitido declaraciones oficiales por parte del Ministerio del Interior o la Fiscalía que confirmen o descarten la sospecha criminal, y la entidad organizadora del concierto no ha proporcionado detalles precisos sobre el incidente o su grado de responsabilidad.
Se esperaba que el concierto fuera uno de los eventos destacados de la temporada de verano, con intensos ensayos musicales y de entretenimiento, pero se convirtió en una tragedia que puso de manifiesto la falta de medidas de seguridad en conciertos masivos, especialmente en lo que respecta al uso de efectos pirotécnicos en espacios abiertos.