Revolución constitucional en Madagascar: nombramiento del coronel Randrianirina como presidente tras la destitución de su predecesor

En un desarrollo dramático, el coronel Mikael Randrianirina fue nombrado el viernes nuevo presidente de la República de Madagascar, solo unos días después de que el ejército tomara el control del poder y de la huida del expresidente Andry Rajoelina al extranjero.
Randrianirina, el líder militar cuya unidad se rebeló y se unió a las protestas populares contra el gobierno, prestó juramento en una ceremonia celebrada en la sede del Tribunal Constitucional en la capital Antananarivo, según informaron periodistas de la agencia "France Presse".
Las raíces de la crisis se remontan al 25 de septiembre pasado, cuando estallaron manifestaciones en protesta por la falta de servicios de agua y electricidad, que rápidamente se transformaron en un levantamiento popular contra "la corrupción, la mala gestión y el alto costo de la vida".
El impulso de las protestas fue liderado por jóvenes de la generación "Z", que se inspiraron en movimientos de protesta similares en Nepal y Sri Lanka, exigiendo la renuncia del presidente y la rendición de cuentas de los responsables del deterioro de los servicios. Las protestas se extendieron para expresar posturas políticas más amplias, con pancartas anti-Francia en las calles de la capital que decían: "Fuera Francia" y "Rajoelina y Macron, váyanse".
En un escalamiento sangriento, las Naciones Unidas informaron sobre la muerte de al menos 22 personas y alrededor de cien heridos durante las primeras semanas de disturbios.
En un intento de contener la rebelión constitucional, el presidente Rajoelina emitió un decreto presidencial en el que anunció la disolución de la Asamblea Nacional, justo antes de que los diputados votaran sobre su destitución, en un paso que fue descrito como un intento claro de "bloquear cualquier movimiento constitucional en su contra".
Sin embargo, este paso no disuadió al parlamento de continuar su curso, ya que la mayoría de sus miembros votó a favor de destituir a Rajoelina por "eludir sus deberes constitucionales", transformando así el conflicto de un enfrentamiento en la calle a un enfrentamiento abierto entre las instituciones del estado, allanando el camino para un nuevo panorama político.