Fuentes de la ONU: Incursión de los hutíes en una sede de la ONU en Saná y escalada de las incursiones

Fuentes de medios y de la ONU informaron hoy sábado sobre la incursión de elementos del grupo hutí en una sede de la ONU en la capital yemení, Saná, en un desarrollo que representa la continuación de una ola de incursiones similares.
Un fuente de la ONU confirmó en una declaración a los medios que "ha aumentado la frecuencia de las incursiones de los hutíes en sus sedes durante los últimos dos días".
Según la misma fuente, esta escalada se produce tras el discurso del líder del grupo, Abdulmalik al-Hutí, el pasado jueves, en el que afirmó la existencia de "células de espionaje peligrosas" compuestas por individuos afiliados a organizaciones que trabajan en el ámbito humanitario.
El líder hutí habló de tener "información concluyente" sobre el "papel de espionaje" de una "célula vinculada al Programa Mundial de Alimentos", alegando que este papel ayudó a Israel a atacar lo que describió como "el gobierno no reconocido internacionalmente" en agosto pasado en Saná.
Las declaraciones contundentes del hutí, que acusaron abiertamente a las agencias y organizaciones de la ONU de participar en "actividades de espionaje y agresivas", han generado amplios temores entre los yemeníes y los trabajadores en el ámbito de la ayuda humanitaria sobre el agravamiento de la crisis humanitaria en el país.
Esta escalada se produce en una relación ya tensa entre las autoridades hutíes y las organizaciones humanitarias, que ha experimentado un deterioro agudo en los últimos meses, especialmente tras los ataques israelíes que apuntaron a líderes en Saná hace aproximadamente dos meses.
Por su parte, la ONU ha rechazado estas acusaciones de manera categórica, considerando en declaraciones anteriores que estas afirmaciones son "extremadamente preocupantes" y "ponen en peligro la vida de los trabajadores en el sector humanitario".
Trabajadores en el ámbito de la ayuda humanitaria y funcionarios yemeníes advirtieron el viernes sobre las graves consecuencias de las acusaciones de los hutíes para el futuro del trabajo humanitario en Yemen, donde millones enfrentan una crisis de hambre aguda, un aumento en los precios de los alimentos y una inflación creciente, tras más de una década de guerra que ha dejado una de las mayores crisis humanitarias del mundo, en medio de advertencias internacionales y locales sobre el peligro inminente de una hambruna que podría afectar al país en 2026.