Bezhakian: Irán duerme sobre el oro pero tiene hambre debido a la mala gestión

El presidente iraní Masoud Bezhakian dijo que las crisis económicas y de subsistencia que sufre su país no son el resultado de las sanciones occidentales o de las políticas estadounidenses, sino que provienen de la mala gestión interna y la falta de coordinación entre las instituciones del estado.
Agregó durante un discurso en la provincia de Isfahan al inaugurar varios proyectos de desarrollo: "Irán duerme sobre el oro pero tiene hambre",
en referencia a que el país posee enormes riquezas naturales que no han sido invertidas de manera que se refleje en la vida de los ciudadanos.
La responsabilidad es interna y no externa
Bezhakian afirmó que la culpa no recae en Estados Unidos o en las sanciones, sino en los directores, funcionarios y legisladores que no han sabido gestionar los recursos nacionales.
Dijo: "Nosotros somos los negligentes, no Estados Unidos... somos nosotros quienes debemos asumir la responsabilidad de la realidad actual."
Señaló que el verdadero peligro que amenaza a Irán no es externo, sino que radica en las disputas políticas internas que debilitan la unidad del país y obstaculizan el camino del desarrollo.
Advertencia sobre la división interna
El presidente iraní advirtió que la continuación de las divisiones y conflictos políticos podría llevar a un colapso interno del estado, diciendo: "No temo a Estados Unidos o a Israel, sino a nuestras propias disputas. Si nos unimos, superaremos todos los problemas; si nos dividimos, colapsaremos desde adentro sin necesidad de un enemigo externo."
Los analistas consideran que estas declaraciones representan un cambio en el discurso oficial iraní, ya que el presidente reconoce abiertamente la existencia de problemas estructurales internos en lugar de culpar a fuerzas externas como ha sido habitual.
"El pueblo quiere a quien lo sirva"
Bezhakian instó a los funcionarios a recuperar la confianza del pueblo a través de la transparencia y la sinceridad en el trabajo, afirmando que los ciudadanos apoyarán al gobierno si sienten la sinceridad de sus intenciones.
Dijo: "El pueblo quiere a quien lo sirva, no a quien lo gobierne, y si siente la sinceridad, vendrá a nosotros por sí mismo."
Subrayó que la confianza mutua entre el pueblo y el gobierno representa la base fundamental para construir un futuro mejor, enfatizando que la reforma comienza desde adentro, no desde afuera.