En un extraño incidente, un hombre estadounidense presentó una demanda contra la famosa empresa de bebidas energéticas "Red Bull", alegando que el conocido eslogan de marketing de la compañía "Red Bull te da alas" es engañoso y falso.
El hombre afirmó en su demanda que la bebida no le proporcionó ningún aumento en la concentración o en el rendimiento físico o mental como sugieren los anuncios, y no le dio "alas" ni en el sentido literal ni en el figurado.
Consideró que esto representa un engaño a los consumidores y una violación de las leyes de publicidad engañosa.
Lo curioso es que el caso no llegó a un fallo judicial, ya que la empresa "Red Bull" prefirió resolver la disputa fuera de la corte, y terminó con un acuerdo financiero de 13 millones de dólares estadounidenses, de los cuales una parte se destinó como compensación en efectivo directa a los demandantes (10 dólares por persona que presentó una solicitud), con la opción de elegir un vale de compra por valor de 15 dólares en lugar del dinero.
Se abrió la convocatoria para cualquier consumidor estadounidense que compró una bebida "Red Bull" entre 2002 y 2014, para beneficiarse del acuerdo.
El incidente generó un gran revuelo y planteó preguntas sobre los límites de la publicidad y si las frases promocionales deberían ser responsables por su significado figurado.