Asamblea del Pueblo Sirio: Una institución inútil bajo el régimen caído... ¿Cambiará la situación?
September 21, 202591 VistasTiempo de lectura: 3 minutos

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Con la proximidad de las elecciones de la Asamblea del Pueblo Sirio el cinco de octubre próximo, vuelve el debate sobre la utilidad de esta institución legislativa que siempre ha sido descrita como formal y no efectiva, especialmente durante las décadas de gobierno del régimen caído que la convirtió en una plataforma para aplaudir y no para la rendición de cuentas.
Una institución excluida de la decisión
Desde su creación, se suponía que la Asamblea del Pueblo Sirio fuera un poder legislativo independiente, que representara la voz de los ciudadanos y supervisara el desempeño del gobierno. Pero la realidad, especialmente durante el gobierno del régimen caído, reveló una ausencia total del papel de supervisión, y la asamblea se convirtió en una herramienta para embellecer las decisiones autoritarias, sin tener la capacidad de modificarlas o rechazarlas.
No era más que una fachada constitucional utilizada para engañar a la opinión pública local e internacional, mientras que las decisiones se formulaban y ejecutaban en círculos cerrados, lejos de cualquier discusión real o representación popular.
Elecciones sin contenido
Las elecciones anteriores, que se llevaron a cabo bajo el régimen caído, se gestionaron según mecanismos que carecían de transparencia, donde los resultados estaban decididos de antemano, y los escaños se distribuían según la lealtad y no la competencia.
El ciudadano sirio no confiaba en las urnas, ya que no reflejaban su voluntad, sino que se utilizaban para consolidar el poder de una sola persona.
Aún los candidatos independientes, si es que existían, eran excluidos o marginados, bajo la hegemonía absoluta del Partido Baaz y sus aparatos, lo que hacía que la asamblea fuera incapaz de discutir temas vitales como la corrupción, la economía o las libertades públicas.
¿Hay oportunidad de cambio?
Hoy, con la fijación de una nueva fecha para las elecciones, los sirios plantean una pregunta legítima: ¿Puede la Asamblea del Pueblo recuperar su verdadero papel?
La respuesta no reside solo en las urnas, sino en una voluntad política real que garantice la independencia de la institución legislativa y abra el espacio para una representación popular genuina, lejos de la exclusión y la manipulación.
La reconstrucción de la confianza comienza con el reconocimiento de que la asamblea, en su forma anterior, carecía de legitimidad popular, y que cualquier intento de reproducirla con los mismos mecanismos será rechazado por el pueblo, sin importar cuántos lemas se levanten.
Sin legitimidad no hay rendición de cuentas
La Asamblea del Pueblo Sirio no tendrá utilidad a menos que se convierta en una plataforma para la rendición de cuentas y no para la cortesía, y a menos que se le otorguen poderes reales en la legislación y supervisión.
Las próximas elecciones pueden ser una oportunidad, pero no significarán nada si no van acompañadas de reformas radicales que devuelvan al ciudadano la confianza en las instituciones del estado, y saquen a la asamblea de la sombra del régimen caído hacia un verdadero espacio de representación democrática.