Presiones sobre el palacio real británico para destituir a Andrew y Sarah Ferguson tras el escándalo de los mensajes de Epstein

La familia real británica interviene en una nueva crisis tras la revelación de un mensaje enviado por Sarah Ferguson, la ex duquesa de York, al financista estadounidense Jeffrey Epstein, quien fue condenado por abuso sexual de menores y fue encontrado muerto en su celda en agosto de 2019. El mensaje provocó una ola de condenas que llevó a siete organizaciones benéficas a cortar públicamente sus asociaciones con la duquesa en cuestión de días, mientras que otras organizaciones aún están revisando sus posiciones.
El diario británico "The Sun" reveló el correo electrónico que la duquesa envió el 26 de abril de 2011, unas pocas semanas después de anunciar en una entrevista con el periódico "Evening Standard" el 7 de marzo de 2011 que "nunca volvería a tratar" con Epstein. El periódico publicó un extracto del mensaje que decía: "Sé que te sientes muy decepcionado conmigo. Debo disculparme contigo y con todo mi corazón por eso. Siempre has sido un amigo leal, generoso y grandioso para mí y mi familia. Me han aconsejado que corte la relación contigo, y si lo hiciera, causaría más problemas para ti".
Un portavoz de la duquesa intentó justificar la situación diciendo que el mensaje fue enviado "en el contexto de consejos que recibió la duquesa para intentar calmar a Epstein y sus amenazas", señalando que Epstein amenazó con demandarla por difamación.
Una fuente real informó al diario "Daily Mail" sobre un desacuerdo entre el príncipe William y su padre, el rey Charles, sobre cómo manejar la crisis. Mientras que el príncipe de Gales aboga por una ruptura total con la duquesa y su tío, el príncipe Andrew, el rey se muestra reacio a cortar todos los lazos.
Según el informe, el príncipe William "considera a su tío y tía como 'una pareja de aventureros', y estaba cansado de ellos mucho antes del reciente escándalo de la duquesa de York". Una fuente cercana al periódico dijo: "Su expresión mientras estaba al lado de Andrew en el funeral de la duquesa de Kent era de completo desagrado". La fuente afirmó: "William, más que el rey, siente que Andrew y Fergie son una fuente de vergüenza, y presionará a su padre para que actúe. La imagen de esta pareja de aventureros riéndose sarcásticamente (de los acontecimientos) es aterradora".
Por su parte, el rey Charles no desea una ruptura total por dos razones principales: primero, que tanto Andrew como Sarah "son leales a él y a la corona... a diferencia de Harry y Meghan". Y segundo, su deseo de "reflejar su lealtad, asegurarse de que la esposa de su hermano no se rebela como los Sussex, y respetar los deseos de su difunta madre, la reina".
Es probable que las presiones se traduzcan en acciones concretas, ya que se espera que el rey impida que la pareja divorciada aparezca públicamente con la familia real en eventos oficiales. Esto podría llegar a incluir su expulsión de su residencia, "Royal Lodge" en Windsor, una medida que William exige "como mínimo".
Un fuente real también insinuó una opción arriesgada, que el palacio podría aconsejar a Sarah Ferguson que realice una entrevista de confesión de culpabilidad, pero no al estilo del desastroso interrogatorio del príncipe Andrew en el programa "Newsnight". La fuente dijo: "Creo que hay mucho que se revelará sobre Epstein y Andrew. Quizás la familia real debería considerar anticiparse a todo esto con una confesión. La duquesa de York es excepcionalmente encantadora". Afirmando que "este último escándalo amenaza su capacidad para ganar dinero, además de su patrocinio de obras benéficas".