Libia ha sido escenario de una amplia ola de ira, la noche de ayer sábado 9 de agosto, tras la difusión de un video que causó conmoción y descontento en las redes sociales, que documenta a un grupo de jóvenes libios esparciendo grandes sumas de dinero en el suelo durante un concierto privado, en medio de una grave crisis económica que atraviesa el país.
El video, que se dice fue grabado en la ciudad de Zawiya, al oeste de Libia, mostró a varios jóvenes lanzando billetes en grandes cantidades al suelo, antes de pisotearlos con sus pies al son de música estridente, en una escena que activistas describieron como "provocativa" y "humillante" para la dignidad del ciudadano libio que enfrenta diariamente dificultades para asegurar lo más básico de la vida.
Este comportamiento ocurre en un momento en que Libia sufre una grave crisis de liquidez, con retrasos recurrentes en el pago de salarios a los empleados, además del aumento de los precios de los productos básicos, lo que ha incrementado el impacto del shock entre los observadores.
El activista político Eisa Abdul Qayoum comentó sobre el video diciendo:
"Lo que hacen estas personas es repugnante y demuestra la existencia de violaciones en el muro de las instituciones financieras, que llevan a que el dinero llegue en tal abundancia a adolescentes, para ser arrojado de manera frívola, además de la cantidad de provocación para la mayoría que no encuentra el sustento diario".
Por su parte, el activista Abdullah Al-Shafie escribió:
"Una escena vergonzosa, en un momento en que el ciudadano no encuentra el sustento diario, hay quienes exhiben dinero y lo lanzan al suelo para luego pisotearlo con los zapatos".
Mientras que la bloguera Fatiha Al-Farsi consideró que la dolorosa escena "resume la magnitud de la brecha entre los libios, entre aquellos que sufren y aquellos que viven en derroches".
El abogado Issam Al-Tajouri, a su vez, describió el video como un reflejo de una profunda disfunción social y económica, llamando a abrir un debate serio sobre las fuentes de este dinero y la necesidad de supervisar las conductas financieras irresponsables, que han comenzado a aparecer de manera recurrente, según sus palabras.
Este incidente ha vuelto a poner en el centro de atención las viejas y nuevas preguntas sobre la magnitud de la corrupción financiera en el país y la ausencia de rendición de cuentas, en medio de crecientes llamados a tomar medidas estrictas que impidan la repetición de tales manifestaciones provocativas, que muchos consideran una ofensa a la dignidad del ciudadano libio en medio de su sufrimiento.