El sindicato de artistas vuelve a inscribir a Samih Shaqir después de diez años de despido.

En un paso sorpresivo con dimensiones artísticas y nacionales, el Sindicato de Artistas en Siria decidió en su sesión extraordinaria celebrada ayer, volver a inscribir al artista Samih Shqeir en los registros de la sucursal de Damasco del sindicato como "cantante", después de casi diez años de su expulsión. Shqeir fue expulsado en 2015, junto con otros artistas, por no pagar las deudas financieras que tenía pendientes, aunque muchos señalaron en ese momento que la verdadera razón de la expulsión fue política, ya que se conocía la postura de Shqeir a favor de la revolución siria desde su inicio en 2011, y se hizo famoso por su canción revolucionaria "Ya Hayif", lanzada en respuesta a los disparos contra los manifestantes pacíficos en Daraa. Samih Shqeir, nacido en los Altos del Golán sirio ocupado, es un poeta, compositor y cantante comprometido, cuya voz y canciones han sido uno de los símbolos más destacados de la lucha cultural contra la represión y la opresión, manteniendo durante años encendida la llama de la palabra y la melodía, en favor de la libertad, la dignidad y las demandas de su pueblo. Comenzó a presentar sus canciones en los teatros sirios desde 1982, y estudió música en Ucrania, donde continuó sus estudios en el Instituto Superior de Música de Kiev entre 1990 y 1994. Durante su carrera, ha presentado un gran número de canciones con contenido político y nacional, destacando "Hi Ya Banat" y "Qurbana Ya Hurriya", que se han convertido en himnos entonados por las gargantas en las plazas desde los primeros días de la revolución. Además, ha compuesto y cantado para varios poetas prominentes, entre ellos el difunto poeta palestino Mahmoud Darwish, y ha participado en la composición de música para varias series de televisión, películas y obras de teatro. Ha ofrecido conciertos en Siria y el mundo árabe, además de participar en eventos en Europa, Australia y Estados Unidos. El regreso de Shqeir al Sindicato de Artistas representa un paso destacado en el contexto cultural y político sirio, devolviendo la consideración a un artista que fue la voz de la libertad en tiempos de silencio, y un nuevo mensaje desde dentro de la institución oficial hacia una nueva etapa que podría restablecer el vínculo entre el arte y la libertad.