Ucrania arresta a varios funcionarios de defensa por supuestamente suministrar decenas de miles de proyectiles no aptos para el ejército.

En noviembre de 2024, las autoridades ucranianas confirmaron que investigarían el escándalo después de que fuera revelado por la prensa.
Fue necesario retirar al menos 120,000 proyectiles de calibre 120 mm del frente, en un momento en que las fuerzas de Kiev sufrían escasez de municiones.
El Servicio de Seguridad de Ucrania informó que arrestaron al director de una fábrica en la región de Dnipropetrovsk en el centro del país, a su subdirector, así como a un exjefe de departamento del Ministerio de Defensa y a un inspector militar.
En un comunicado, afirmaron que "los acusados utilizaron materiales de baja calidad y llevaron a cabo una producción defectuosa de proyectiles a gran escala, lo que resultó en mal funcionamiento".
Según la fuente, el objetivo era el fraude al reducir los costos de producción para obtener mayores ganancias de los pedidos públicos, con la complicidad de funcionarios militares que "ignoraron el lote de municiones defectuosas e introdujeron información falsa en los documentos".
Los detenidos están acusados de "obstaculizar las actividades de las fuerzas armadas" y enfrentan una pena de hasta 15 años de prisión.
Se recuerda que el escándalo se descubrió a finales de 2024 cuando los soldados comenzaron a quejarse en los medios de comunicación sobre los proyectiles que no explotaban, quedaban atascados o se caían.