En un incidente que generó una amplia controversia en el ámbito artístico, el ingeniero de sonido Emad Nabil presentó una denuncia oficial contra el artista Mohamed Ramadan, después de ser objeto de un insulto público durante un concierto celebrado en la zona de la costa norte de la ciudad de Alamein a finales de julio pasado.
La denuncia surgió tras la difusión de un video del concierto en el que se muestra a Mohamed Ramadan en un estado de gran agitación, debido a cortes repetidos en los sistemas de sonido del espectáculo.
Ramadan dirigió una advertencia severa al ingeniero de sonido diciendo: "¡Mi país! .. No vuelvas a hacer eso", además de dirigirse a él frente al público con expresiones duras que incluían palabras groseras, exigiéndole que no escuchara ninguna instrucción externa en respeto a los asistentes.
Este corte de sonido provocó la interrupción del concierto en dos ocasiones en cuestión de minutos, lo que llevó a Mohamed Ramadan a solicitar el cambio del equipo de sonido para garantizar que el problema no se repitiera, asegurando que lo ocurrido no fue accidental, sino intencionado.
El artista egipcio señaló la existencia de "músicos" que trabajan en el ámbito musical y que se comunican con el técnico de sonido con el fin de sabotear el concierto, describiendo estos intentos como "tácticas antiguas y de pueblo".
En un paso posterior, Mohamed Ramadan se disculpó ante el público por su comportamiento, justificando su acción por su deseo de mantener su total concentración con ellos, y luego se dirigió directamente a la mesa de sonido para asegurarse de que estuviera lista.
Es importante señalar que el concierto de Mohamed Ramadan en la costa norte no estuvo exento de tragedias, ya que se produjo una explosión de un cilindro de oxígeno destinado a los fuegos artificiales, lo que resultó en la muerte de uno de los trabajadores y lesiones a otros, lo que llevó a Ramadan a abandonar el concierto y dirigirse al hospital para asegurarse de los heridos.
En relación a esto, el padre de la víctima confirmó que aún no se ha ofrecido ninguna compensación, lo que añade una dimensión humana a los eventos que sacudieron el concierto.