Estados Unidos y China... Un feroz conflicto en un mundo cambiante

El capitalismo occidental se ha basado en el "intercambio desigual", donde los países del centro (Estados Unidos y Europa) se benefician de los recursos y la mano de obra barata en los países periféricos como China, que anteriormente era un modelo ideal para este sistema:
En la década de 1990, los salarios de los trabajadores chinos eran inferiores a un dólar por hora, lo que la convirtió en un paraíso para las empresas multinacionales como Apple, que ahorró 572 dólares en el costo de cada iPad gracias a la mano de obra china.
China se vio obligada a exportar millones de productos para comprar un solo avión de Boeing, pero rompió esta ecuación después de 2010 a través de:
Aumento de salarios, que alcanzaron los 8 dólares por hora, y mejorando las condiciones del intercambio comercial, por lo que ya no necesitaba exportar grandes cantidades para comprar tecnología. Comenzó a producir bienes de alta calidad que compiten con Occidente mismo.
Este cambio amenaza las ganancias de las empresas occidentales que estaban acostumbradas a explotar la mano de obra barata, y empuja a Estados Unidos a intentar devolver a China a un papel de proveedor modesto.
Uno de los pilares de la dominación occidental es el monopolio tecnológico (chips, aviones, medicamentos, etc.). Pero China desafió esto con:
Una red de trenes de alta velocidad (la más grande del mundo). Y aviones comerciales nacionales como el (COMAC C919). Y el liderazgo en energía renovable e inteligencia artificial. Y ha desarrollado chips avanzados a pesar de las sanciones (como los procesadores Huawei de 7 nm). Esto pone fin a la dependencia del sur global hacia Occidente y proporciona alternativas más baratas para los países en desarrollo.
Esto ha llevado a Estados Unidos a tomar muchas medidas, incluyendo:
Sanciones a empresas como Huawei. Y prohibiciones de exportación de chips avanzados a China. Además de presiones sobre los aliados occidentales para boicotear la tecnología china.
Estados Unidos acusa a China de ser una "amenaza militar", pero las cifras dicen lo contrario:
El gasto militar chino por persona es inferior al promedio mundial y una décima parte del gasto estadounidense. Estados Unidos tiene 800 bases militares en el extranjero, mientras que China tiene una sola (en Yibuti).
China no ha iniciado guerras en 40 años, mientras que Estados Unidos ha invadido 14 países desde 2001.
Lo que Estados Unidos busca hoy es obligar a China a aumentar su gasto militar a expensas del desarrollo económico. Y asustar a los países para que no cooperen con Pekín.
Hasta 2010, China era el "taller del mundo" que servía a los intereses de las empresas occidentales. Pero después de que comenzó a desarrollar sus propias tecnologías y mejorar el nivel de vida de sus trabajadores (lo que reduce las ganancias de las empresas extranjeras). Y la creación de proyectos como la Franja y la Ruta (para conectar al mundo fuera de la dominación occidental). Se convirtió así en el primer país en desarrollo en romper el monopolio de la tecnología y la riqueza, lo que amenaza un sistema mundial que ha estado bajo el control de Occidente durante siglos.