¿Es el informe del Departamento de Estado de EE. UU. sobre derechos humanos una selectividad política o una defensa de los principios?

El informe criticó a Gran Bretaña, Francia y Alemania por imponer restricciones al "discurso de odio" en línea, acusándolas de "interferir en la libertad de expresión", especialmente después de un apuñalamiento en Gran Bretaña que llevó a las autoridades a monitorear publicaciones incendiarias. Pero la ironía es que la administración estadounidense misma, bajo el liderazgo de Trump y Rubio, llevó a cabo campañas similares contra activistas estudiantiles que criticaron a Israel, incluyendo la prohibición de que obtuvieran visas de entrada.
Mientras Europa es condenada por sus restricciones en Internet, se ignoran las violaciones en El Salvador, donde se llevan a cabo campañas de seguridad represivas bajo el pretexto de combatir el crimen, o las violaciones de Israel en Gaza, que el informe se limitó a describir en términos generales sin una condena clara.
El informe reconoció que Israel cometió violaciones como "detención arbitraria" y "ejecuciones extrajudiciales", pero elogió sus esfuerzos en "rendir cuentas a los responsables", a pesar de las amplias evidencias de crímenes de guerra en Gaza. En el caso de El Salvador, el informe afirmó que "no se produjeron violaciones graves", a pesar de los informes de organizaciones de derechos humanos sobre la tortura de los migrantes que la administración Trump devolvió, quienes fueron colocados en cárceles extremadamente duras.
El informe criticó a Brasil por restringir el contenido en línea, en referencia a las acciones contra los partidarios de Bolsonaro, acusado de intento de golpe de estado, mientras ignoró el propio golpe. También condenó el deterioro de los derechos humanos en Sudáfrica, donde Trump apoyó a la minoría blanca, en un discurso que consagra el sesgo político.
El informe, según organizaciones como Amnistía Internacional, envía un mensaje de que Washington pasará por alto las violaciones si están relacionadas con sus aliados. Los demócratas lo describieron como un cambio de una herramienta objetiva a "una herramienta de propaganda" para promover la agenda cultural y política de Trump.
El informe anual sobre derechos humanos, que se consideraba una referencia internacional, está sujeto a la acusación de sesgo político. Su crítica a Europa mientras ignora las violaciones de Israel y El Salvador refleja una doble moral que debilita la credibilidad de Estados Unidos en la defensa de los derechos humanos a nivel mundial.