En una nueva escalada de los ataques ucranianos en el corazón de Rusia, se desató un gran incendio en la madrugada del martes en una refinería de petróleo y un hospital en la ciudad de Volgogrado, al suroeste de Rusia, como resultado de la caída de escombros de drones ucranianos, según anunció la administración de la región a través de una publicación oficial en la aplicación "Telegram".
El gobernador de la región, Andrei Boucharov, confirmó que los equipos de bomberos están trabajando las 24 horas para contener y extinguir los incendios, añadiendo que las investigaciones iniciales no han registrado lesiones humanas, a pesar de las grandes pérdidas materiales.
Las autoridades describieron el ataque como "grande", mientras que la Agencia de Aviación Civil rusa (Rosaviatsiya) informó que los vuelos desde y hacia el aeropuerto de Volgogrado se detuvieron durante aproximadamente tres horas durante la noche debido a la situación de seguridad.
En otro desarrollo, el ejército ucraniano anunció su responsabilidad por el ataque a la tubería "Druzhba", una de las principales líneas de exportación de petróleo ruso, que suministra energía tanto a Hungría como a Eslovaquia.
El Estado Mayor ucraniano explicó en un comunicado en "Telegram" que el ataque afectó a la estación de bombeo "Nikolskoe", ubicada en la región de Tambov en el centro de Rusia, a unos 320 kilómetros de la frontera ucraniana, y resultó en la completa paralización del bombeo de petróleo en la estación.
Robert Braudy, comandante de las fuerzas de drones ucranianas, confirmó que la operación se llevó a cabo utilizando drones, señalando que estos ataques forman parte de una estrategia para ampliar la presión sobre la infraestructura energética rusa.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, atacó a Kiev, acusándola de llevar a cabo "ataques que amenazan la seguridad energética europea", mientras que su homólogo ucraniano, Andrei Sybiha, respondió que Budapest sigue "dependiendo en exceso de Rusia", a pesar de las repetidas advertencias de que "Moscú no es un socio confiable en el ámbito energético".
Estos desarrollos ocurren en medio de tensiones continuas entre Moscú y Kiev, junto con intercambios diplomáticos entre figuras prominentes, incluida una notable carta de la esposa del presidente ucraniano, Olena Zelenska, a Melania Trump, descrita como un intento de "calmar las tensiones" en medio de la creciente tensión.