El proyecto de la Cúpula Dorada de Trump está amenazado debido a las disputas entre Estados Unidos y Canadá.

El presidente estadounidense Donald Trump reveló recientemente un ambicioso proyecto de defensa llamado "Escudo Dorado", destinado a proteger a los Estados Unidos de todo tipo de misiles. Sin embargo, este enorme proyecto, que podría costar hasta 500 mil millones de dólares, enfrenta un obstáculo principal que podría obstaculizar su implementación: Canadá. A pesar del entusiasmo con el que Trump anunció el proyecto, ignoró un detalle crucial, que es la necesidad de la cooperación de Canadá para proporcionar el espacio aéreo y los radares necesarios para detectar y rastrear los misiles que podrían venir a través del Polo Norte, una posible ruta para ataques de Rusia o China, según informaron funcionarios estadounidenses a Politico. Sin embargo, la respuesta canadiense no fue tan entusiasta como esperaba Trump; el gobierno canadiense mostró claramente su reticencia hacia el proyecto, en un momento en que las relaciones entre Washington y Ottawa están tensas debido a disputas comerciales y declaraciones anteriores de Trump acusando a Canadá de beneficiarse de la protección estadounidense de forma gratuita. El primer ministro canadiense, Mark Carney, insinuó que su país no está listo para unirse automáticamente al proyecto, señalando que Canadá está buscando otras asociaciones de seguridad alternativas, lo que pone al proyecto estadounidense en una verdadera encrucijada y otorga a Ottawa una presión sin precedentes. En el mismo contexto, el senador estadounidense Jack Reed, destacado miembro del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, dijo que el discurso de Trump ha generado un amplio malestar en las calles canadienses, lo que se refleja directamente en las posturas de los líderes políticos. Históricamente, Canadá ha contribuido aproximadamente con el 40% del presupuesto del Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD) y ha asignado 38 mil millones de dólares para desarrollar nuevos radares en el norte durante las próximas dos décadas. Sin estos radares, los expertos advierten que Washington enfrentará una brecha grave en su sistema de defensa aérea contra misiles que cruzan el Polo Norte. A pesar de todo esto, Trump restó importancia al apoyo canadiense en su última declaración, diciendo: "Ellos también quieren protección, y como de costumbre, ayudamos a Canadá". Sin embargo, la realidad confirma que el proyecto no verá la luz sin una cooperación directa de Ottawa, que posee el espacio aéreo y la ubicación geográfica crucial para el éxito de lo que Trump describió como "el Escudo Dorado estadounidense".