El Fin de la Dominación del Dólar: ¿Transformación Geopolítica o Seguridad Económica?

Putin, quien describió la dependencia del dólar como "una herramienta de extorsión política", no hablaba sin fundamento. Las crecientes sanciones estadounidenses, que se han triplicado desde el año 2000, han convertido la moneda verde de un medio de intercambio comercial en un arma geopolítica. Estas transformaciones han llevado a países desde Kenia hasta Sri Lanka a buscar alternativas, desde acuerdos de intercambio en monedas locales hasta un aumento en las reservas de oro.
Las cifras hablan por sí mismas: la participación del dólar en las reservas globales ha caído al 57.8%, después de haber superado el 70% a principios del milenio. Esta disminución, aunque lenta, refleja una tendencia ascendente hacia una pluralidad monetaria que las economías emergentes buscan para protegerse de las fluctuaciones de la política estadounidense.
Las escenas desde el terreno cuentan una historia diferente. En Kenia, los acuerdos petroleros en monedas locales han aliviado la presión sobre el dólar en 500 millones de dólares mensuales. Y en Sri Lanka, los acuerdos en rupias indias han permitido reducir la dependencia de la moneda estadounidense. Estas soluciones pragmáticas, a pesar de su limitación, demuestran que el mundo está buscando nuevas formas de interacción financiera.
La visión que Putin presentó para la Organización de Shanghái - un sistema de pagos conjunto y bonos colectivos - parece ambiciosa, pero enfrenta desafíos significativos. Construir un sistema financiero paralelo requiere más que un deseo político; necesita una infraestructura financiera compleja, altos niveles de confianza mutua y la capacidad de proporcionar la liquidez y estabilidad que ofrecen los mercados estadounidenses.
Las estimaciones sugieren que la participación del dólar podría caer al 50% para 2035, pero esto no significa el fin de su dominación. La falta de una alternativa clara y fuerte mantendrá a la moneda estadounidense en la cima, aunque con menos fuerza que antes.
Parece que el mundo se encuentra en una encrucijada: por un lado, un deseo creciente de liberarse de la dominación estadounidense, y por otro, la ausencia de una alternativa real que pueda llenar el vacío. La transición hacia una pluralidad monetaria tomará mucho tiempo y estará llena de riesgos, pero se ha convertido en una necesidad para muchos países que están cansados de que su moneda sea utilizada como un arma en su contra.
El mensaje que Putin lanzó desde Tianjin podría ser solo el comienzo de un largo viaje hacia un sistema financiero global más equilibrado, pero el camino aún es largo y arduo.