En un paso controvertido destinado a fortalecer la seguridad fronteriza, la secretaria de Seguridad Nacional de EE. UU., Kirstjen Nielsen, apareció ayer miércoles pintando una parte del muro entre Estados Unidos y México de color negro, en la ciudad de El Paso, Texas, acompañada de varios agentes de la Patrulla Fronteriza.
El paso, anunciado por Nielsen el 19 de agosto, fue una orden directa del presidente estadounidense Donald Trump, quien confirmó en una publicación en la plataforma "X" (anteriormente Twitter) que pintar el muro de negro hará que absorba más calor del sol, lo que hará que las barras se calienten mucho, dificultando así que los "inmigrantes ilegales criminales" _según sus palabras_ intenten escalarlo.
Nielsen apareció en un video sosteniendo un pincel y pintando una sección del muro, señalando que este paso forma parte de los esfuerzos de la administración para disuadir la inmigración ilegal y reforzar las medidas de seguridad en la frontera sur.
La acción se produce en un momento en que la administración de Trump continúa intensificando sus políticas estrictas hacia la inmigración, ya que anunció un aumento en las operaciones de deportación y un refuerzo de la vigilancia dentro del país.
Además, los datos de la administración revelaron que el número de arrestos en la frontera sur alcanzó aproximadamente 6000 casos en junio pasado, lo que representa una disminución del 15% en comparación con el récord registrado en marzo del mismo año.
En un desarrollo relacionado, un tribunal estadounidense permitió recientemente a la administración de Trump poner fin a la protección contra la deportación para aproximadamente 60,000 inmigrantes, lo que refleja el enfoque continuo de la administración en endurecer las restricciones sobre inmigrantes y refugiados.
El paso simbólico de pintar el muro ha suscitado reacciones amplias, en medio de preguntas sobre su efectividad y utilidad, en un contexto de creciente debate político sobre las políticas de inmigración en Estados Unidos.