En medio de la escalada continua entre Teherán y Tel Aviv, el general Mohammad Reza Talabi Naki, portavoz del Ministerio de Defensa iraní, anunció que Israel comenzó la guerra contra Irán con el objetivo de desmantelar el país y debilitar su poder, pero fracasó en alcanzar sus objetivos y finalmente recurrió a Estados Unidos para que la salvara del atolladero.
El Talabi Naki dijo en declaraciones transmitidas por medios de comunicación oficiales: "Israel impuso la guerra a Irán, pero no soportó las consecuencias de sus cálculos erróneos, que le costaron un alto precio y provocaron golpes dolorosos a su infraestructura militar".
Añadió: "Cuando se dio cuenta de que estaba a punto de colapsar, suplicó a la administración estadounidense que interviniera y pidió ser salvada", según sus palabras.
* Guerra sin precedentes
Estas declaraciones se producen tras la guerra sin precedentes que estalló en junio pasado entre Irán e Israel y que duró 12 días. Durante este tiempo, Israel llevó a cabo ataques intensivos contra sitios militares y nucleares dentro del territorio iraní, logrando asesinar a decenas de altos líderes militares y a varios destacados científicos nucleares, además de destruir numerosos almacenes y plataformas de misiles.
* Intervención estadounidense decisiva
El ataque coincidió con los preparativos que se estaban llevando a cabo para la sexta ronda de negociaciones nucleares entre Irán y las potencias mundiales, pero Estados Unidos decidió intervenir militarmente, llevando a cabo ataques aéreos precisos en tres sitios nucleares iraníes de alta sensibilidad: Fordo, Natanz y Isfahan, con el objetivo de socavar el programa nuclear iraní.
* Anuncio sorpresivo de alto el fuego
En un paso inesperado, el presidente estadounidense Donald Trump anunció más tarde el fin de la guerra y llamó a ambas partes a comprometerse con el alto el fuego, poniendo fin a una ola de escalada que amenazaba con desencadenar un conflicto más amplio en la región.
El reciente conflicto, considerado el más peligroso en la historia de la tensión entre Irán e Israel, redefine el panorama geopolítico en el Medio Oriente y plantea grandes interrogantes sobre el futuro del programa nuclear iraní y el papel de las potencias internacionales en regular el ritmo de la guerra y la paz en la región.