Lee Jae-myung fue nombrado presidente de Corea del Sur después de su abrumadora victoria en las elecciones anticipadas celebradas ayer martes, donde obtuvo el 49.4% de los votos, superando ampliamente a su rival conservador Kim Moon-soo.
En su primer discurso tras asumir oficialmente el cargo hoy miércoles, Lee se comprometió a reanudar el diálogo con su vecino del norte para mejorar las relaciones, afirmando que "la paz es mejor que la guerra, sin importar el costo".
El nuevo presidente explicó que su gobierno se basará en una "disuasión fuerte" ante cualquier provocación nuclear o militar proveniente de Corea del Norte, respaldado por la sólida alianza militar con Estados Unidos, pero al mismo tiempo enfatizó en mantener abiertos los canales de comunicación con Pyongyang para consolidar la paz en la península coreana.
En su discurso inaugural, Lee mencionó que adoptará una diplomacia realista que fortalezca la cooperación trilateral entre Seúl, Washington y Tokio, apoyándose en la alianza de Corea del Sur con Estados Unidos como pilar fundamental de la seguridad.
También advirtió que el aumento del proteccionismo global, junto con la reestructuración de las cadenas de suministro, representan una amenaza existencial para su país que depende en gran medida de las exportaciones, señalando que estos desafíos surgen en medio de las turbulencias comerciales mundiales provocadas por el presidente estadounidense Donald Trump.
La investidura de Lee fue inmediata debido a la vacante presidencial tras la destitución del expresidente Yoon Suk-yeol, sin esperar el período de transición habitual.
En la ceremonia de investidura, Lee asumió el mando operativo de las fuerzas armadas y exhortó al ejército a mantenerse preparado ante posibles provocaciones de Corea del Norte, mostrando un tono conciliador que refleja su deseo de lograr la paz y la estabilidad.