Un impactante video que se ha compartido ampliamente en las redes sociales ha desatado una ola de indignación en Túnez, después de que documentara el momento en que se captura una tortuga marina en peligro de extinción y se sacrifica a bordo de un barco turístico frente a las costas de la isla de Kuriat, en la gobernación de Monastir, al este del país.
En el video, el propietario del barco aparece desollando la tortuga y limpiándola con el propósito de consumir su carne o venderla, en una escena que los activistas ambientales han calificado de "crimen atroz" y "acto salvaje" que infringe las leyes ambientales y representa una amenaza para el equilibrio ecológico en la región.
Se cree en algunas áreas que la carne de la tortuga marina tiene beneficios médicos, lo que lleva a algunos a consumirla a pesar de las advertencias.
La tortuga que fue sacrificada pertenece a la especie "Caretta caretta", que se considera una de las especies raras y en peligro de extinción, y enfrenta el riesgo de extinción debido a la pesca excesiva, la destrucción de su hábitat natural y la contaminación marina que amenaza sus áreas de anidación en las playas.
En un desarrollo rápido, las autoridades locales de la gobernación de Monastir anunciaron la revocación de la licencia del barco turístico y la detención del capitán para ser interrogado, en respuesta a las demandas populares y de derechos humanos de tomar medidas firmes contra quienes atentan contra la vida marina protegida.
El activista ambiental Moaz Haddad declaró que "el sacrificio de la tortuga marina es un crimen contra el medio ambiente y contra la ley tunecina, que prohíbe la captura de tortugas marinas o el comercio de ellas o de cualquier parte de sus cuerpos".
Subrayó que la pérdida de una sola tortuga representa una pérdida de un eslabón vital en la cadena ecológica marina, advirtiendo sobre las graves consecuencias ambientales si estas violaciones se repiten.
Haddad añadió que Túnez ha experimentado en los últimos años una drástica disminución en el número de tortugas marinas, especialmente de la especie "Caretta caretta", como resultado de la contaminación, la pesca excesiva y la destrucción de sus nidos.
Los efectos de su ausencia se han visto este verano a través del gran aumento en el número de medusas en las costas tunecinas, lo que confirma su papel fundamental en el equilibrio ecológico marino.
Cabe recordar que la ley tunecina prohíbe la captura o retención de tortugas marinas, penaliza el comercio o el asesinato de ellas, y castiga a los infractores con multas, en el marco de los esfuerzos del estado por proteger la biodiversidad y las especies en peligro de extinción.
Las investigaciones continúan actualmente, en medio de demandas populares por una mayor supervisión de las actividades turísticas y marinas, y la adopción de medidas estrictas contra quienes amenazan la vida marina en el país.