Objetivos y consecuencias del fortalecimiento de la presencia militar de Rusia en Qamishli

Rusia ha fortalecido su presencia militar en el aeropuerto de Qamishli a través de una serie de medidas que incluyen el desarrollo de infraestructura, el aumento de la presencia humana y de equipos. Estos movimientos se producen en un momento en que la región experimenta tensiones crecientes entre las potencias internacionales y los actores locales. Las manifestaciones del refuerzo ruso en Qamishli se han evidenciado mediante la expansión de la base militar, la mejora del sitio de estacionamiento de aviones y el levantamiento de muros de tierra. Se trasladó la sede de altos oficiales a un lugar más fortificado cerca de la entrada del aeropuerto. Se ampliaron las áreas de alojamiento para soldados y se alejaron los vehículos de las zonas expuestas. Además, se han reforzado las capacidades logísticas y militares, y se ha desplegado un radar que funciona las 24 horas y 3 helicópteros en el aeropuerto. Coordinación con las "Fuerzas Democráticas de Siria" y realización de patrullas conjuntas en el campo de Qamishli por primera vez desde la caída del régimen de Assad.
Los objetivos rusos de este paso se resumen en mantener una posición estratégica, ya que el aeropuerto de Qamishli se encuentra en una zona fronteriza vital con Turquía e Irak, lo que lo convierte en un punto de vigilancia y control en el norte de Siria. Se centra en equilibrar la influencia estadounidense y turca, ya que Estados Unidos apoya a las "SDF" y Turquía busca establecer una "zona segura" en la frontera. En cuanto a la continuación del papel militar:
El vicecanciller ruso Sergey Vershinin ha afirmado que las bases rusas son un "factor de estabilidad" y pueden apoyar la ayuda humanitaria.
En cuanto a las reacciones esperadas, las SDF podrían beneficiarse del apoyo ruso para fortalecer su posición negociadora con Damasco. Turquía podría considerar el refuerzo ruso como una amenaza a sus intereses de seguridad. Estados Unidos podría presionar para detener la expansión rusa en sus áreas de influencia. Y el gobierno sirio, a pesar de su retiro previo de las negociaciones de París, podría verse obligado a lidiar con la realidad.
Parece que Rusia está tratando de llenar el vacío en áreas que anteriormente controlaba. Podría estar interesada en asegurar sus posiciones en previsión de la propagación del caos.
El fortalecimiento de la presencia rusa en Qamishli confirma que Siria sigue siendo un campo de conflicto regional e internacional, donde Moscú busca mantener abiertas las vías de comunicación con todas las partes. Pero, ¿se encontrará este movimiento con reacciones militares o diplomáticas de las potencias competidoras?