Las autoridades kurdas en el noreste de Siria anunciaron ayer lunes haber llegado a un acuerdo con el gobierno de transición en Damasco para establecer un "mecanismo conjunto" para repatriar a las familias sirias del campamento de Al-Hol, que alberga a decenas de miles de personas supuestamente vinculadas a Daesh.
Esto ocurrió después de una reunión entre las autoridades locales, representantes del gobierno central en Damasco, y una delegación de la coalición liderada por Estados Unidos que combate a Daesh en la región.
Sheikhmous Ahmed, un funcionario de la autoridad liderada por los kurdos que controla el noreste de Siria, dijo que el acuerdo establece un mecanismo conjunto para repatriar a los desplazados, pero negó que se haya discutido la entrega de la administración del campamento a Damasco en un futuro cercano, señalando que la administración del campamento sigue bajo la autoridad kurda.
Organizaciones de derechos humanos han informado en los últimos años sobre las malas condiciones de vida y la violencia dentro del campamento, que alberga alrededor de 37,000 personas, la mayoría esposas e hijos de combatientes de Daesh, así como simpatizantes del grupo de diversas nacionalidades, incluidas iraquíes y occidentales.
En el campamento también hay desplazados sirios, y existe un mecanismo establecido desde hace años para repatriar a aquellos que deseen regresar a sus comunidades en áreas controladas por la administración kurda, donde se han establecido centros de reintegración.
Este es el primer acuerdo alcanzado con el gobierno central en Damasco para repatriar a estos sirios a áreas bajo su control.
Este acuerdo se produce en el contexto de los esfuerzos para fortalecer la cooperación entre las autoridades kurdas y el nuevo liderazgo en Damasco, después de la destitución del expresidente Bashar al-Assad.
En marzo pasado, el nuevo presidente sirio Ahmed al-Shar'a firmó un acuerdo con el comandante de las Fuerzas de Siria Democrática, respaldadas por los kurdos y Estados Unidos, para integrar estas fuerzas en el nuevo ejército nacional sirio, y someter los cruces fronterizos con Irak y Turquía, así como los aeropuertos y campos petrolíferos en el noreste, al control del gobierno central.
El acuerdo también prevé la transferencia de prisiones que albergan alrededor de 9,000 sospechosos de Daesh a la administración gubernamental central.
Este acuerdo representa un paso importante hacia la unificación de las diversas facciones que han dividido a Siria en "pequeños estados" debido a la guerra que comenzó en 2011.
Sin embargo, la implementación del acuerdo ha sido lenta hasta ahora, con presiones especialmente de Washington para que Damasco asuma el control de las prisiones en el noreste de Siria.
Estos desarrollos son de gran importancia en el contexto de la reconstrucción del estado sirio y el restablecimiento de su control sobre todo su territorio, especialmente en las áreas del noreste que han sido gestionadas de manera casi independiente en los últimos años.