Mediación estadounidense multifacética entre Siria, Israel y Líbano

En una reunión con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, Barrack discutió la detención de los ataques a Líbano en referencia a la escalada recurrente a lo largo de la frontera libanesa-israelí y las negociaciones sirio-israelíes como un intento de lograr estabilidad en el frente sirio.
La presencia israelí fue notable, incluyendo a los ministros involucrados en los archivos sirio y libanés, el ministro de Asuntos Estratégicos Ron Dermer, el ministro de Relaciones Exteriores Gidon Sa'ar y el ministro de Defensa Israel Katz. Esta representación ministerial de alto nivel subraya la importancia de los dos archivos para Israel.
En Beirut, Barrack fue claro en su declaración: "El gobierno libanés ha dado el primer paso al aceptar desarmar a Hezbolá, ahora Israel debe dar un paso a cambio". Esta frase indica que Washington quiere que Israel haga concesiones a cambio del progreso en el archivo del desarme del partido, que es la mayor preocupación de Israel en su norte.
La reunión trilateral en París entre el ministro de Relaciones Exteriores sirio Asaad al-Shibani, el jefe de inteligencia Hussein Salama y el ministro de Asuntos israelí Ron Dermer (bajo patrocinio estadounidense) revela:
El enfoque en el aspecto humanitario: acuerdo para "intensificar la ayuda a los habitantes de Suwaida y los beduinos" para mejorar las condiciones de vida.
Reactivación del acuerdo de 1974: búsqueda de un mecanismo para detener las incursiones israelíes en el sur de Siria.
Las reuniones recurrentes: esta es la segunda reunión en semanas, lo que confirma la existencia de un canal de comunicación continuo.
Este movimiento diplomático estadounidense intenso ocurre en medio de:
La escalada en el sur de Siria: especialmente en Suwaida, que experimenta tensiones de seguridad crecientes.
Las elecciones estadounidenses: el deseo de la administración Biden de presentar logros diplomáticos antes de noviembre.
Las preocupaciones israelíes: sobre la transformación del frente norte (Líbano y Siria) en un frente abierto.
A pesar de estos esfuerzos, el camino hacia cualquier acuerdo real está lleno de obstáculos:
Hezbolá: se niega a entregar sus armas, considerándolas como armas de resistencia legítima. Las diferencias sirio-israelíes: son profundas y están relacionadas con los Altos del Golán y la soberanía. La situación interna israelí: el frágil gobierno de coalición puede obstaculizar la toma de decisiones audaces.
La mediación estadounidense intenta aprovechar un momento raro de apertura relativa entre las partes, pero las brechas siguen siendo enormes. El éxito dependerá de la capacidad de Barrack para convencer a Israel de hacer concesiones tangibles, garantizar el compromiso de Siria de calmar el frente y convencer a Hezbolá de que los intereses libaneses exigen no entrar en una nueva guerra. La ecuación es difícil, pero el fracaso podría significar el regreso de la región a un cuadrante de escalada.