La venta de un enorme meteorito marciano en Nueva York ha encendido una crisis internacional, después de que el gobierno de Níger anunciara la apertura de una investigación oficial tras una subasta pública que tuvo lugar el 16 de julio de 2025, en la que la famosa casa de subastas "Sotheby's" vendió una roca meteórica que pesa alrededor de 25 kilogramos, descrita como el mayor meteorito marciano encontrado hasta ahora, por un monto récord que superó 5 millones de dólares, a un comprador de identidad desconocida.
La roca, conocida como NWA 16788, fue encontrada el 16 de noviembre de 2023 por un conocido "cazador de meteoritos" en la remota región de Agadez, al norte de Níger.
Posteriormente, hizo su camino hacia los mercados globales, donde fue vendida a un comerciante internacional, luego se exhibió temporalmente en Italia, antes de aparecer en el catálogo de subastas en América del Norte.
Sin embargo, Níger no se quedó de brazos cruzados, ya que su gobierno anunció la suspensión de la exportación de piedras preciosas y meteoritos hasta nuevo aviso, señalando que el caso "probablemente tiene todas las características del tráfico internacional ilícito", según un comunicado oficial.
Mientras "Sotheby's" niega estas acusaciones, afirmando que la roca meteórica fue trasladada y vendida "de acuerdo con los procedimientos internacionales aplicables", indicó que está revisando el expediente internamente en medio de la creciente controversia.
Por su parte, el paleontólogo estadounidense Paul Sereno, quien ha trabajado durante mucho tiempo con las autoridades en Niamey, expresó su gran enojo, afirmando que "todas las identidades de las personas involucradas en esta historia siguen siendo un secreto", y agregó:
"Si esta roca meteórica hubiera sido capturada mientras se movía en la atmósfera, se podría haber reclamado, pero dado que cayó dentro de las fronteras de Níger, es propiedad del estado, incluso si su origen es Marte".
La falta de un marco legal global unificado sobre la propiedad de los meteoritos complica el caso;
en los Estados Unidos, por ejemplo, la propiedad del meteorito pertenece al propietario del terreno en el que cae, si es un terreno privado.
En Níger, el estado tiene una ley que protege su patrimonio cultural y natural, incluyendo "muestras raras de minerales", según lo señalado por el profesor del Museo Nacional de Historia Natural, Matthieu Goniel, y su padre Max Goniel, profesor de geología.
La crisis no se detiene solo en el aspecto legal, sino que también plantea preguntas éticas y científicas, ya que la roca vendida es un tesoro científico único, dada su enorme tamaño en comparación con cualquier otro meteorito marciano, lo que la convierte en un testimonio excepcional de la historia geológica del planeta rojo.
El profesor Sereno instó en este contexto a devolver el meteorito a Níger, diciendo:
"En mi opinión, esto no es algo que debería ser vendido en una subasta, con el riesgo de que desaparezca para siempre en un sótano o detrás del vidrio de algún rico. Este es un legado científico que debe estar disponible para los investigadores y para los pueblos".
En medio de las acusaciones mutuas y la incertidumbre que rodea el destino de esta roca desde el momento de su descubrimiento, la pregunta sigue siendo:
¿Puede Níger recuperar lo que considera un tesoro nacional? ¿O este meteorito, que ha recorrido millones de kilómetros desde Marte, se perderá en medio de una red de intereses, intermediarios y leyes confusas?