La diplomacia entre Líbano y Siria se acelera para delimitar las fronteras y regular los pasos fronterizos ilegales, en medio de crecientes esfuerzos regionales e internacionales para lograr la estabilidad de seguridad a lo largo de la frontera común.
Tras un acuerdo previo en Yeda entre los ministros de Defensa libanés y sirio con respaldo saudí, Francia intervino entregando a las autoridades libanesas mapas de la época del mandato francés para precisar los puntos fronterizos.
Se espera que los mapas entregados por el embajador francés en Beirut al Ministerio de Relaciones Exteriores libanés contribuyan a fortalecer la presencia del ejército libanés a lo largo de la frontera y a cerrar los pasos ilegales que los contrabandistas utilizan para reabrirlos a pesar de las medidas estrictas.
Según fuentes diplomáticas francesas, París busca consolidar la estabilidad y evitar la renovación de los enfrentamientos recientes en la región, trabajando para mantener abiertos los canales de comunicación entre Beirut y Damasco.
Los mapas no se limitaron a las fronteras del este y norte, sino que también incluyeron las fronteras del sur, especialmente la zona de las granjas de Shebaa, objeto de disputa entre Líbano y Siria, cuyas posturas difieren sobre su identidad, ya sea libanesa o siria, habiéndose entregado los documentos relacionados a las Naciones Unidas para su consideración legal.
Por otro lado, fuentes de seguridad libanesas confirmaron que el ejército logró cerrar más de cien pasos ilegales con Siria, aunque la geografía de la región permite la reapertura de algunos de ellos.
El ejército libanés continuó con sus operaciones en el sur del país en el marco de la resolución 1701, confiscando municiones y armas pertenecientes al partido Hezbolá, con el apoyo de residentes de algunas aldeas que informaron sobre su presencia sin saberlo.
Estos acontecimientos tienen lugar en un clima regional que fomenta la resolución de conflictos fronterizos a través del diálogo, donde Francia y la comunidad internacional consideran que las condiciones actuales son propicias para iniciar un proceso negociador claro entre Beirut y Damasco que ponga fin a décadas de tensión y negligencia en cuanto a la delimitación de las fronteras oficiales.