En una escena trágica que se repite a pesar de todos los esfuerzos, los incendios forestales continúan extendiéndose en el norte de Latakia, donde el fuego se ha renovado en tres frentes principales: Barzeh, los bosques de Fernelq y la zona de Nab al-Mar cerca de la ciudad de Kasab.
Estos frentes son los más difíciles en las operaciones de extinción debido a la densidad de los bosques, la topografía accidentada, además de la gran presencia de minas y restos de guerra que obstaculizan el trabajo de los equipos de extinción.
El Defensa Civil Sirio explicó a través de su canal oficial en Telegram que los fuertes vientos de la tarde de ayer contribuyeron a la expansión de los incendios a pesar del control parcial logrado por los equipos por la mañana, especialmente en el frente de Nab al-Mar, que representa un gran desafío debido a la naturaleza del terreno.
Más de 150 equipos del Defensa Civil Sirio, brigadas de extinción, así como equipos de apoyo de instituciones, ministerios y equipos voluntarios participan en los esfuerzos de extinción, respaldados por más de 300 vehículos de extinción y equipos pesados de ingeniería que trabajan en la división de los bosques y la apertura de caminos para los equipos.
También participan equipos de extinción terrestre de Turquía y Jordania, junto con 16 aviones de extinción aérea de Siria, Turquía, Jordania y Líbano, en una coordinación internacional conjunta para hacer frente a la catástrofe.
Según las imágenes de satélite, la superficie afectada por los incendios superó los 110 kilómetros cuadrados, lo que equivale a más de 11 mil hectáreas de bosques que se han convertido en cenizas en solo unos pocos días, causando graves pérdidas ambientales y destruyendo una gran parte del equilibrio ecológico y la vida silvestre en la zona.
Esta catástrofe natural, que es más cercana a un crimen contra la naturaleza, es un grito estruendoso contra la negligencia y la falta de protección de los bosques sirios.
Los árboles que tardaron décadas en crecer se han convertido en cenizas, las aves y los animales silvestres han huido y perdido sus hábitats, además de los agricultores que han perdido sus tierras, cultivos e incluso sus hogares cercanos.
A pesar de todos estos desafíos, los equipos del Defensa Civil y de extinción continúan luchando contra los vientos, las minas y los obstáculos difíciles, registrando grandes sacrificios para preservar lo que queda de la naturaleza y la seguridad en el norte de Latakia.