Jartum acusa a "Fuerzas de Apoyo Rápido" de atacar instalaciones petroleras en Heglig y de intensificar el bombardeo en El Fasher

El gobierno sudanés anunció que las Fuerzas de Apoyo Rápido lanzaron un ataque contra instalaciones petroleras vitales en la zona fronteriza de Heglig, lo que resultó en víctimas entre los trabajadores civiles.
El Ministerio de Relaciones Exteriores declaró en un comunicado que el ataque ocurrió ayer sábado cerca de los campos petroleros que se utilizan para exportar crudo desde Sudán del Sur a través del territorio sudanés, señalando que el gobierno podría verse obligado a suspender las operaciones en el campo y evacuar a los empleados por razones de seguridad, y el ministerio no reveló un balance preciso de las pérdidas humanas ni el alcance de los daños.
Los campos de Heglig están bajo la administración de Sudán en una zona que anteriormente había sido escenario de un conflicto fronterizo con Sudán del Sur.
En otro desarrollo, la Red de Médicos de Sudán informó sobre la muerte de 7 civiles y 71 heridos debido a un bombardeo de artillería de las Fuerzas de Apoyo Rápido que apuntó a barrios en la ciudad de El Fasher, centro del estado de Darfur del Norte.
La red declaró en un comunicado que la ciudad enfrenta una "aniquilación sistemática" a través de bombardeos, asedios y hambruna, exigiendo la apertura de corredores humanitarios urgentes. Esto ocurre dos días después de que la red anunciara la muerte de 24 personas y 55 heridos en un bombardeo que apuntó al mercado central y barrios residenciales de El Fasher.
Las autoridades locales y los comités populares en El Fasher acusan a las Fuerzas de Apoyo Rápido de imponer un asedio a la ciudad desde mayo de 2024, a pesar de las advertencias internacionales sobre el peligro de que continúen los combates, ya que es un centro principal para las operaciones humanitarias en la región de Darfur.
Desde el estallido de los combates entre el ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido en abril de 2023, más de 20,000 personas han muerto según estimaciones oficiales y de la ONU, mientras que un estudio realizado por universidades estadounidenses sugiere que el número podría superar las 130,000. Además, alrededor de 15 millones de personas han sido desplazadas o han buscado refugio dentro y fuera de Sudán, lo que ha convertido el conflicto en una de las peores crisis humanitarias del mundo.