Israel impone duras condiciones: desmantelar las instalaciones nucleares iraníes o no habrá acuerdo.

En un nuevo escalofrío de la crisis nuclear iraní, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, instó a desmantelar por completo la infraestructura nuclear de Irán, haciendo hincapié en la necesidad de evitar que desarrollen misiles balísticos. Esto ocurre en un momento delicado en el que continúan las negociaciones indirectas entre Washington y Teherán, mediadas por Omán, con el objetivo de llegar a un acuerdo que garantice que Irán no obtenga armas nucleares a cambio del levantamiento de las sanciones económicas. Netanyahu afirmó que el único "buen acuerdo" es aquel que resulte en la eliminación de todas las instalaciones nucleares iraníes, asegurando que Israel seguirá comprometido en impedir que Teherán posea armas nucleares a cualquier costo. Agregó que cualquier acuerdo con Irán también debe incluir limitar su capacidad de desarrollar misiles balísticos, un requisito clave para Israel en estas negociaciones. Con las tensiones en aumento entre Israel e Irán, la discusión sobre el acuerdo nuclear cobra especial importancia, ya que Teherán atacó a Israel en dos ocasiones en 2024 con drones y misiles en respuesta a los ataques israelíes contra líderes militares iraníes. El expresidente estadounidense Donald Trump informó a Netanyahu en abril pasado que Estados Unidos no está actualmente dispuesto a respaldar ningún ataque militar israelí contra las instalaciones nucleares iraníes. Por su parte, Irán ha afirmado que no negociará sobre su programa de misiles o detendrá el enriquecimiento de uranio, considerando el negociador iraní Majid Ravanchi que estos temas son "líneas rojas" para Teherán. Mientras las conversaciones continúan, las diferencias entre Washington y Teherán se centran en el enriquecimiento de uranio, ya que la administración estadounidense busca vincularlo al programa de misiles iraní, algo que Teherán rechaza categóricamente. A medida que las partes internacionales se acercan a un posible acuerdo, la crisis nuclear iraní sigue en su lugar, mientras las miradas se dirigen hacia los resultados de estas delicadas conversaciones que podrían cambiar el equilibrio de poder en la región.