En medio de la continua guerra israelí en la Franja de Gaza durante casi dos años, la catástrofe humanitaria se profundiza día a día, ya que el hambre ya no es el único peligro que amenaza a los habitantes de la franja afectada, sino que la sed mortal se ha convertido en otra cara de la crisis, con un gran deterioro en la calidad del agua y escasez de cantidades.
En una escena diaria trágica, miles de palestinos caminan largas distancias a través de áreas destruidas para obtener pequeñas cantidades de agua, que se utilizan para beber, higiene y cocina.
Estas arduas travesías apenas satisfacen sus necesidades más básicas, mientras que los indicadores de seguridad alimentaria global indican que una hambruna ya se está desatando en Gaza.
* Agua contaminada y salinidad mortal
A pesar de que algo de agua llega a los habitantes a través de pequeñas unidades de desalinización gestionadas por organizaciones de ayuda, la mayor parte del agua disponible se extrae de un acuífero que se ha vuelto extremadamente salino y está lleno de contaminantes resultantes de la mezcla con aguas residuales y filtraciones de productos químicos de los escombros, lo que ha llevado a la propagación de enfermedades como la diarrea y la hepatitis a gran escala.
Israel había detenido al principio de la guerra el bombeo de agua limpia que constituía la principal fuente de agua potable en Gaza, lo que agravó la crisis, además de que la mayor parte de la infraestructura de agua y saneamiento fue completamente destruida.
* Electricidad escasa y combustible raro
Las bombas de agua subterránea a menudo dependen de generadores eléctricos pequeños, pero el combustible necesario para hacerlas funcionar se ha vuelto casi inexistente, lo que hace que operar estas bombas sea imposible en muchas ocasiones.
Este colapso casi total del sistema de agua deja a los habitantes de Gaza en una lucha constante por asegurar sus necesidades diarias.
* Historias de sufrimiento diario
Muath Mukhaymer, un joven de 23 años, era estudiante universitario antes del estallido de la guerra, camina diariamente cerca de un kilómetro a pie tres veces para traer agua, esperando en colas que a veces se extienden por dos horas, para llenar dos grandes botellas de agua salina para usar en la limpieza, y dos botellas pequeñas de agua relativamente pura para beber.
Muath coloca su carga en un carrito de mano de metal y camina sobre terreno accidentado de regreso a la tienda familiar que alberga a 22 personas en la zona de Deir al-Balah.
Su madre, Umm Muath (53 años), dice: "Los niños vienen y van, hace calor, la sed no perdona, y no sabemos si podremos llenar agua nuevamente mañana".
* El agua... un lujo raro
Según la organización "Oxfam", el consumo promedio diario por persona en Gaza no supera los 3 a 5 litros, mientras que Bushra Khalidi, responsable de políticas humanitarias, advirtió que la gente está muriendo hoy debido a enfermedades que se pueden prevenir fácilmente, enfatizando la necesidad de un alto el fuego inmediato y permitir la entrada de ayuda sin restricciones.
Por su parte, Danish Malik, responsable del sector de agua y saneamiento en el Consejo Noruego para Refugiados, dijo: "La escasez de agua está aumentando de manera alarmante, y la gente se ve obligada a tomar decisiones trágicas entre beber o higienizar".
Por otro lado, Munther Salem, director general de recursos hídricos en la Autoridad de Agua y Calidad Ambiental en Gaza, dijo: "Los niños han perdido su infancia y se han convertido en trabajadores de entrega de agua, corriendo detrás de los camiones o yendo a áreas lejanas para conseguir agua para sus familias".
* Colas interminables... y una lucha por la supervivencia
El agua se ha convertido en parte de la lucha por la supervivencia en Gaza;
las escenas de largas colas, empujones y esperas bajo un sol abrasador se han vuelto una vista habitual, especialmente en medio de la falta de una infraestructura de saneamiento adecuada o medios para mantener la higiene personal en la mayoría de los campamentos y tiendas esparcidas por la abarrotada franja.
A menudo, la responsabilidad de recolectar agua recae en los niños, mientras los padres se ocupan de buscar comida y otras necesidades, en una dolorosa distribución de roles en medio de una tragedia interminable.
* Las cifras revelan la magnitud de la crisis
Las Naciones Unidas han establecido el mínimo de consumo por persona en situaciones de emergencia en 15 litros diarios para satisfacer las necesidades de bebida, cocina y higiene personal.
Sin embargo, en Gaza, los habitantes no reciben ni siquiera un tercio de esta cifra. En comparación, el consumo promedio diario de agua en Israel es de aproximadamente 247 litros por persona, según la organización israelí B'Tselem de derechos humanos.
Entre el hambre y la sed, los habitantes de Gaza están al borde de la vida, esperando algún alivio... o quizás solo una gota de agua limpia!