La capital ucraniana, Kiev, tembló esta madrugada debido a explosiones violentas causadas por una intensa ola de ataques aéreos rusos, en los que Moscú utilizó misiles balísticos y drones en una operación descrita como la más amplia en semanas.
Las alarmas resonaron en el cielo de la ciudad mientras los drones volaban a baja altura, con el zumbido que precedió a las explosiones, lo que llevó a miles de civiles a correr hacia refugios subterráneos.
Las autoridades militares ucranianas anunciaron a través de su canal en la aplicación Telegram que Kiev estaba siendo atacada con misiles enemigos, confirmando que el sonido de las explosiones se concentraba en el centro de la ciudad.
La escena fue aterradora, con informes de al menos 21 personas heridas, incluido un niño de tres años en estado crítico, según lo anunciado por el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko.
El lugar no estaba en absoluto tranquilo, ya que los reporteros de la Agencia France-Presse informaron que vieron a residentes huyendo de sus hogares y dirigiéndose hacia los pisos inferiores en busca de refugio seguro después de que sonaran las alarmas.
Las autoridades locales confirmaron daños materiales graves en al menos dos áreas dentro de la capital.
Los recientes ataques traen a la memoria el anterior ataque con cohetes a Kiev a principios de este mes, pero parecen ser más coordinados y selectivos, en medio del aumento de las operaciones militares en otros frentes.
Paralelamente al ataque a Kiev, las fuerzas rusas realizaron ataques en un puerto ucraniano en el Mar Negro, además de apuntar al lugar de nacimiento del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, en lo que se considera un mensaje claro a la dirección ucraniana.
Por su parte, Washington condenó los ataques rusos, considerando que lo ocurrido en la ciudad de Sumy "supera todos los límites éticos", en una postura que refleja un aumento de la tensión entre Moscú y Occidente.
Los ataques aéreos generan temores de una nueva etapa más violenta en la guerra que ha estado en curso durante más de dos años, con crecientes dudas sobre la capacidad de Kiev para resistir los intensos ataques.