Apenas han pasado unos días desde la histórica visita del Primer Ministro libanés, Najib Mikati, a Damasco, llevando una invitación al presidente sirio Bashar al-Assad para visitar Beirut, en un paso que se describió como un nuevo comienzo en relaciones marcadas por el mutuo respeto y la buena vecindad... hasta que los sonidos de los proyectiles volvieron a dispersar el ambiente de optimismo.
El Ministerio de Defensa sirio anunció que Hezbolá lanzó cinco proyectiles desde territorio libanés hacia la zona de Al-Qusayr en la campiña de Homs, lo que llevó a las fuerzas sirias a responder de inmediato.
Sin embargo, la respuesta no duró mucho, ya que fue detenida por una solicitud directa del ejército libanés, que se comprometió a perseguir a los grupos responsables del lanzamiento de los proyectiles.
El ministerio confirmó que se mantiene la comunicación con el lado libanés para controlar la situación en la frontera, mientras que el ejército libanés comenzó a desplegarse en las áreas de conflicto en un intento por contener la tensión.
Un paso que ha sido recibido con cierto alivio dada la fragilidad de la situación de seguridad en la larga frontera entre ambos países, que se extiende por más de 330 kilómetros y que ha sido conocida por la presencia de pasos no autorizados que han sido motivo de preocupación común.
La visita de Najib Mikati a Damasco no fue superficial; lo acompañaron los ministros de Relaciones Exteriores, Interior y Defensa, y se reunieron con el presidente sirio y su ministro de Relaciones Exteriores, Faisal Mekdad.
La visita llegó meses después de la destitución del expresidente Bashar al-Assad, y reabrió canales oficiales de diálogo entre los dos vecinos por primera vez desde la formación del nuevo gobierno libanés.
Durante las conversaciones, ambas partes discutieron temas delicados, incluido el control de fronteras, la detención del contrabando y la delimitación de fronteras terrestres y marítimas, además acordaron la formación de un comité ministerial conjunto para dar seguimiento a estos asuntos.
Najib Mikati afirmó que el objetivo es construir una relación basada en la soberanía de cada país y evitar la injerencia en los asuntos internos.
A pesar de estos esfuerzos, el reciente enfrentamiento refleja la magnitud de los desafíos que enfrenta cualquier intento serio de reconstruir la confianza entre Beirut y Damasco.
En un contexto de seguridad frágil y el control de facciones armadas sobre algunos pasos fronterizos, el camino hacia el entendimiento sigue siendo largo y lleno de obstáculos.