Berri al Partido de Dios: la calle no sirve... y las armas para el estado antes de finales de 2025

En un notable desarrollo político en la escena libanesa, y con la expectativa del inicio de la implementación de la decisión del gobierno de restringir las armas en manos del estado, fuentes especiales revelaron que el presidente del Parlamento, Nabih Berri, líder del Movimiento Amal y aliado tradicional del Partido de Dios, envió un mensaje claro al partido instándolo a una cooperación total con el ejército libanés y a alejarse de la opción de salir a la calle.

Berri afirmó, según las fuentes, que "recurrir a la calle y las protestas no tiene sentido", enfatizando que tales movimientos no derrocarán la decisión de desarme, ni cambiarán el rumbo del estado en la consolidación de su autoridad.

También instó al Partido de Dios a apoyar al gobierno en el tema de la extensión de las fuerzas de "UNIFIL" que operan en el sur del Líbano, en un paso que refleja su deseo de calmar la situación y evitar la escalada.

Esta postura se produce en el contexto de una decisión histórica tomada por el gobierno libanés a principios de agosto de 2025, que consiste en restringir las armas en manos del estado libanés, y encargar al ejército libanés la elaboración de un plan ejecutivo para entregar las armas del Partido de Dios.

Se prevé que este plan sea presentado a finales de este mes, con la intención de comenzar sus etapas de implementación antes de finales del presente año.

Por otro lado, el Partido de Dios anunció su rechazo rotundo a la decisión, considerándola "inexistente", y reafirmó su apego a sus armas como parte de la "ecuación de resistencia".

En respuesta a la decisión, los simpatizantes del partido organizaron durante los últimos días marchas de protesta en motocicletas en varias regiones del Líbano, expresando su rechazo a lo que consideraron un ataque directo al partido y a sus armas.

Recientemente, declaraciones de funcionarios iraníes que afirmaron la necesidad de mantener las armas del Partido de Dios provocaron una ola de críticas dentro del Líbano, donde muchos las consideraron una intervención en los asuntos soberanos libaneses y un intento de frustrar los esfuerzos del estado para consolidar su autoridad en todo su territorio.

La postura de Nabih Berri se considera un desarrollo destacado en el equilibrio de fuerzas políticas, y quizás un indicio de fracturas dentro de la alianza tradicional entre el Movimiento Amal y el Partido de Dios, o al menos una divergencia en la aproximación a la próxima etapa, especialmente en lo que respecta a la relación del partido con las instituciones del estado libanés, encabezadas por el ejército.

Ahora, todas las miradas se dirigen hacia finales de mes, donde se espera un enfrentamiento delicado entre la decisión del estado y las opciones del partido, en medio de la creciente presión internacional y nacional para proteger la estabilidad en el Líbano y evitar que se deslice hacia el caos.